Voltear la arepa

César Picón

En el cierre de la legislatura del Congreso de la República, la oposición se anotó una victoria al hundir la reforma laboral, un triunfo político que celebraron con deleite, pero que en verdad representa la derrota de los trabajadores de Colombia que no pudieron recuperar los derechos laborales que un día le fueron arrebatados, precisamente cuando esa oposición era Gobierno.
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Valga decir que no ganaron en franca lid, sino como saben hacerlo perfectamente y para lo cual ya tienen el libreto: llenar de falacias el debate, repetirlas una y otra vez aprovechando la amplificación que tienen en algunos medios de comunicación masiva, y, finalmente dar la estocada mediante la no asistencia a la sesión para que por falta de quórum no pudiera votarse la iniciativa. Así se fueron de vacaciones, frotándose las manos por haber logrado una “derrota al Gobierno” a costa de la desventura de la clase trabajadora.

El próximo 20 de julio abrirá la nueva legislatura y el gobierno del cambio debe anticiparse a implementar estrategias que aseguren alianzas sólidas que garanticen el éxito de las reformas en su paso por el legislativo. Viene el trámite de la reforma a la salud, la pensional y de nuevo la laboral, todas con propósitos sociales superiores que bajo ninguna circunstancia un país como el nuestro puede darse el lujo de descartarlas o aplazarlas.

Quizá una de las principales estrategias en las que tenga que concentrarse el Gobierno es en cómo comunicar de manera efectiva los beneficios de las reformas, para contrarrestar la forma ruin como la oposición tergiversa y distorsiona la realidad para mostrar como un demonio toda iniciativa que pretenda cambiar las cosas en el país.

Permitir nuevamente que cojan vuelo las argucias construidas por quienes quieren que nada cambie, será la muerte para las reformas, especialmente en el contexto de las elecciones regionales que se avecinan. En Ibagué, por ejemplo, una candidata a la Alcaldía ya se ha jugado por tratar de ganar electorado criticando al gobierno y las reformas, apelando al desprestigio que han querido posicionar desde los medios de comunicación masiva que ya todos conocemos. Sin siquiera entender el fondo de las reformas, menos proponiendo nada, se dedica a repetir los “profundos y rigurosos postulados” de Polo Polo y ‘Mafe’ Cabal. El gobernador del Tolima y el alcalde de Ibagué siguen la misma lógica, cada semana lanzan ataques contra el Gobierno como para ocultar sus propios pesares y tratando con eso de ayudar a sus candidatas a ganar votos.

Hay que voltear la arepa: anticiparse en comunicar los propósitos y bondades de las reformas, para que una vez apropiado el mensaje por parte de la ciudadanía, le quede difícil a la oposición volver a engañar a la gente con sus mensajes pobres de argumentos pero efectivos en aflorar sentimientos de rechazo. Si de manera temprana se posicionan en el imaginario colectivo los beneficios que traerán las reformas, no le quedará tan fácil la labor de la oposición pero, especialmente, los congresistas que quieran apoyar a las reformas no van a temer que eso les juegue en contra electoralmente en sus regiones. Por el contrario, podrían quedar bien plantados en su labor como políticos reformistas.

Llegó la hora de desplegar una estrategia comunicativa contundente para vencer la mentira y evitar que se frustre el deseo de cambio de la mayoría de los colombianos.

CÉSAR PICÓN

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