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Recientemente el Ministro de las TIC visitó el Tolima y en presencia de la gobernadora y un buen número de alcaldes anunció la inversión de más de 100 mil millones para mejorar la conectividad en municipios del sur del Tolima y 400 escuelas, además de la construcción de 2 centros de formación en inteligencia artificial en Ibagué y El Espinal. Para la capital, además de los 6.500 millones que se invertirán en el centro de aprendizaje de IA, anunció la conectividad a Internet de varias sedes educativas. En los TikTok, historias y declaraciones a medios, ambas gobernantes resaltaron la importancia de esas inversiones y las agradecieron a título personal del Ministro, por ningún lado mencionaron ni reconocieron que todo hace parte de las estrategias fijadas por el Presidente de la Republica para fortalecer el saber en las regiones.
A los pocos días vino al Tolima el director de la Unidad para la Gestión del Riesgo, y anunció la destinación de recursos para la compra de maquinaria amarilla, la reubicación de las familias del barrio Baltazar, así como el apoyo a los municipios que se han declarado en calamidad pública. De nuevo la omisión de destacar el apoyo del gobierno del Presidente Petro marcó las declaraciones de las dirigentes.
Desde otras instancias se han invertido millonarios recursos para el departamento, que nunca han sido mencionados por la gobernadora, manteniendo la línea del discurso tropelero con el Presidente, para congraciarse con los medios nacionales que le dan micrófono a cada critica que lanza. Tengan por seguro que cuando van a Bogotá a reunirse con los Ministros y hacer solicitudes legitimas para el territorio esconden la mano con la que tiran piedras a diario.
Esa actitud es desleal. En las relaciones de poder deben ponderarse ciertos principios si se quiere que mejoren y fortalezcan en el tiempo. ¿De que sirve esa actitud pendenciera? ¿Por qué esconder lo que el gobierno nacional está haciendo por la región? ¿Por qué desconocer la figura presidencial para lo bueno y solo citarla para lo malo?
Mantenerse en la orilla del radicalismo y la oposición solo dificultará la sintonía que se requiere para construir soluciones conjuntas a los problemas de la región. El Presidente jamás ha actuado con sectarismos, las inversiones han llegado y lo seguirán haciendo independiente de quien esté al frente de los gobiernos territoriales, eso debería invitar a las gobernantes a buscar mecanismos para conseguir más del Gobierno, en lugar de aprovecharse para dar todo el palo del mundo.
Para verdades el tiempo. Las reformas vienen en camino y no habrá como tapar la alegría del viejo sin pensión que tendrá una renta básica para vivir, la salud llegando a lo más recóndito de la geografía, la educación superior siendo accesible para todos, los trabajadores disfrutando de remuneración justa y los campesinos cultivando la tierra de la reforma agraria.
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