¿Para qué el poder?

Columnista Invitado

A diario me pregunto y, sobre todo, en estos momentos en que se avecinan las elecciones y empiezan a aparecer decenas de candidatos que quieren el poder... ¿qué es realmente lo que buscan?, pues poder es la capacidad que tiene una persona para influir en el comportamiento y en las decisiones, ya sea en pensamiento o en el actuar de una sociedad.
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Creemos que tener el poder es poseer, pero no, este es la facultad, habilidad para llevar a cabo una determinada misión desde el lugar que te toque; desde allí se pueden tomar múltiples decisiones que inciden en el bienestar, en la vida de una sociedad, para bien o para mal.

Quienes aspiran al poder con frecuencia se olvidan que quien otorga este “poder” somos nosotros, el pueblo, para que nos represente bien y logre para sus otorgantes lo mejor.

Es importante recordarles los riesgos de tener el poder y el cuidado que se debe tener; que éste no es absoluto, que es limitado, que no es para siempre, que es para el servicio del otro. Cualquiera puede tener el poder, pero no todos saben qué hacer con él. Deben saber que tenemos el poder constituyente, este que vigila la soberanía popular para lograr una organización mediante sus constituciones; cada uno vigila del otro.

Encontramos el poder ejecutivo, el legislativo, el judicial y el poder... el “último, el poder enfermizo”. Cuando el que tiene el poder se enferma... porque el poder enferma, debemos tener el antídoto el cual es reconocer con humildad; ¿por qué se enferman cuando tienen el poder? especialmente cuando es absoluto, que los sacia, que les encanta y este antídoto nos corresponde suministrarlo a nosotros, a los que otorgamos ese poder.

Por lo tanto, debemos saber elegir al próximo gobernante, hacerle saber que no es por él que obtuvo el poder, es por nosotros, que unidos logramos otorgarle ese poder por un determinado tiempo y para el bien de todos y no de sus “billeteras”; el poder gusta, es pleitesía obstruida, llegan sin planes, llegan sin pensar en las necesidades de un pueblo; el poder es una herramienta para lograr una meta de llevar adelante y sea para el servicio y consolidación.

Cuando se está en el poder y se olvida de que la razón es el servicio, se enferma y si no actúa su antídoto, se fracasa. Para ello es imprescindible dialogar con la oposición, en donde esta última debe tener una crítica real, sincera y mostrar las otras posibilidades para hacer buena gestión sin destruir al líder, sino contar (en ese diálogo) sus funciones fiscalizadoras, crítica real y constructiva y esto no es sino sano.

El poder judicial fiscaliza al poder ejecutivo y el legislativo al judicial y así controlar al líder que no se enferme.

MAYRA RODRÍGUEZ OSORIO

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