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En sendos comunicados a la opinión pública, organizaciones médicas, de pacientes, ligas de usuarios, gremios de prestadores, gestores farmacéuticos, aseguradores y academia, entre otros, hacen un llamado al gobierno para que haga pública la reforma a la salud. La cínica respuesta de la ministra Corcho es que esta ha sido la reforma más “socializada de la historia republicana” y que la misma ha sido construida por la “sociedad civil” como si ella tuviera la posibilidad de definir esta categoría y reducirla a su comité de aplausos y amigos cercanos.
No contenta con eso, la ministra de Salud usa cifras mentirosas y hechos acomodados para justificar su reforma. La más reciente, en donde las cifras de las deudas de las EPS con IPS, disminuyeron en cuestión de horas de $50 a $23 billones sin explicación convincente alguna. El descache es más que la reforma tributaria, pero, como el propósito es desacreditar a las EPS, no hay problema.
Por supuesto, salen sectores petristas a respaldarla. La CUT, a través del señor Maltés, apoya la reforma y a la ministra sin conocer una letra del articulado y sin darse cuenta de que esta atentando directamente contra los intereses de los trabajadores que dice representar. Cuando lleguen a hacer la fila para una atención y no haya como en la canción, ‘ni suero ni anestesia’, invito a los trabajadores a llamar al señor Maltés a pedirle cuentas.
En el fondo, lo que hay en estos actos de gobierno es un profundo desprecio por la institucionalidad. La invitación a las calles para debatir las reformas es lo mismo que desconocer el rol del Congreso en su trámite y el apropiarse del rol de la “sociedad civil” para evitar el proceso democrático de debatir la reforma con los directamente implicados; es desconocer que las instituciones son tanto públicas como privadas.
El gobierno juega con fuego al obviar la institucionalidad. Los colombianos valoramos nuestras instituciones y estamos dispuestos a defenderlas. Si hay que ponerse los tenis, lo haremos, pero no para debatir las reformas. Es ridículo pensar que ese sea el espacio idóneo para ello, pero sí para defender la democracia, la posibilidad de pensar diferente y expresarlo. #ConLaSaludNoSeJuega.
Adenda. Como dice el exministro José Manuel Restrepo, sobre las declaraciones de la ministra Irene Vélez en Davos: “¡Desacierto! Transición energética ordenada sí, y no una que le cueste al país menos ingresos fiscales, menos inversión extranjera, menos exportaciones y con ello más tasa de cambio, más déficit fiscal, menos empleo, menos regalías para territorios y más pobreza. ¡Por favor, sensatez!”.
Agrego, es todo tan absurdo, que el gobierno Petro quiere vivir del turismo aumentando los precios de los tiquetes aéreos, además de considerar que las carreteras solo les benefician a los ricos. ¡Sensatez, por favor!
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