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En una entrevista por Caracol algún político, señalado de abuso o acoso sexual a mujeres estudiantes cuando era docente universitario, insistió en que jamás quiso ofender a nadie, que se trató de malentendidos y que las estudiantes lo mal interpretaron. ¡Otro hombre incomprendido!
Las costumbres cambian y, como se sabe, son muchas las conductas que fueron en un tiempo no solo legales y legítimas sino alabadas y recomendadas, y que ahora son mal vistas, o prohibidas y sancionadas. Ejemplos son la esclavitud, las violencias hacia las mujeres e infantes, el maltrato animal, la “justicia” por manos propias, la pedofilia (aceptada en la Grecia antigua), la castración para que eunucos cuidaran el harem o niños cantantes conservaran su voz, etc.
Señores, tienen que aprender a vivir con su tiempo y el acoso/abuso sexual ya no son formas de seducción, menos un derecho; son delitos. No importa que mujeres conocidas de Francia, entre otras Catherine Deneuve, firmaran una declaración en defensa de hábitos de seducción, a veces asimilados a la caballerosidad, en la que revindican el “derecho a ser importunada”. Manifiesto criticado por numerosas mujeres con una reevaluación del “amor romántico”, sin que por ello rechazaran toda manifestación de cariño, siempre cuando sea de su agrado y compartida.
Lo que reivindicamos las mujeres es el derecho a elegir y a decir no, sin tener que gritarlo y sin morir en el intento. ¡Señores! dejen de creerse deseados por todas las mujeres y pónganles límites a sus ejercicios de seducción. Recuerden que el amor y la seducción no deben doler, pero sí ser de agrado mutuo.
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