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Lograr una educación pertinente y de calidad implica trabajar de verdad en forma simultánea en varios frentes por parte del Estado representado por el Ministerio y secretarías de Educación del orden Departamental y Municipal. Uno de ellos es la infraestructura física, es decir, garantizar instalaciones que cumplan al menos con las condiciones mínimas tal que sea un factor de motivación para los jóvenes, como son aulas adecuadas con buena aireación, laboratorios y talleres donde se ponga en práctica lo que se ve en teoría, campos deportivos que permitan la práctica de la actividad física y del deporte, restaurante y cafetería donde los discentes y docentes puedan tomar sus alimentos y realizar su descanso, amplias y ventiladas áreas administrativas que permita la ubicación de la administración educativa, salas de profesores cómodas, suficientes baterías de baño, y debidamente dotados con mobiliario y tecnología pertinente, es lo mínimo que el Estado debe de garantizar.
Ese es el ideal, sin embargo, Ibagué hoy está lejos de ello, a tal punto que tanto padres de familia, docentes y estudiantes han tenido que realizar protestas como medio para reclamar el cumplimiento de las promesas realizadas. El pasado 18 de enero del año en curso fui testigo sin proponérmelo de un plantón que realizaba la comunidad educativa de la IE Técnica la Sagrada Familia por la no entrega de sus instalaciones, a pesar de las diferentes promesas realizadas por el gobierno.
Este hecho me indujo a indagar sobre el tema, encontrando que, según el secretario de Educación Municipal, Juan Manuel Rodríguez, los responsables de la no terminación de las obras de la institución educativa en mención al igual que de otras 15 instituciones educativas en la ciudad son: el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa, Ffie, y el Ministerio de Educación Nacional. Pregunta: Quién responde por la Educación en el municipio de Ibagué.
Creamos que efectivamente son, el Ffie y el Ministerio de Educación Nacional los responsables de la no terminación oportuna de las obras de infraestructura física educativa de la ciudad. Pregunta: ¿Cuáles son las causas? ¿Mala o deficiente planeación? ¿Burocracia? ¿Falta de control y seguimiento? ¿Falta de gestión oportuna? Y la lista puede seguir. No es nada entendible que las obras del sector gobierno rara vez se construyan respetando el tiempo y costos estimados según el proyecto aprobado, hecho que con honrosas excepciones sucede en el sector privado. Bien lo afirma el economista Bent Flyvbjerg en su libro “How Big Things Get Done”, que entre otras cosas es un texto reseñado en el Wall Street Journal, cuando sostiene “que el 99.5% de los grandes proyectos no se terminan dentro de las proyecciones de tiempo, presupuesto y rentabilidad en virtud a que no se le da a la planeación la suficiente importancia”.
No es posible que las comunidades educativas, es decir, docentes, padres de familia y alumnos tengan que protestar, salir a las calles, bloquear la movilidad entre otras acciones, para presionar que se entregue lo que el mismo gobierno prometió. Será que aún no hemos entendido que la educación es un “derecho fundamental” de los niños. O será que no hemos apropiado el postulado que dice que “solo con la educación se transforma los pueblos” o será que no existe interés alguno en que los pueblos se transformen o será que no les conviene que los pueblos se transformen a quienes están en el comercio del poder. Juzguen ustedes.
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