Protección a nuestros niños, niñas y adolescentes

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Entre los planteamientos que recientemente han suscitado como riesgo de afectación a la convivencia y seguridad, ciudadana, está la instrumentalización a que están expuestos los niños, niñas y adolescentes (N.N.A) por parte de la delincuencia, quienes ven en éstos potenciales clientes de la criminalidad, destacando la imperiosa necesidad de un trabajo fuerte y mancomunado con las instituciones de protección al menor, escuelas, colegios, Icbf, administración municipal e indiscutiblemente con los padres o adultos responsables del acompañamiento en el desarrollo de las etapas de la infancia y adolescencia hacia la adultez.

Al respecto conviene decir que hay factores determinantes que conllevan al tránsito de la legalidad a la ilegalidad por parte de muchos NNA, entre estos, se puede mencionar la deserción escolar injustificable, toda vez que la región cuenta con una muy buena oferta educativa, pero debido a la falta de orientación y autoridad de los adultos, este fenómeno se puede presentar cada vez con más vigencia. Ahora bien, es prudente señalar que en algunos casos, se evidencia el escenario donde NNA se convierten en madres y padres, enfrentando la decisión individual de abandonar los estudios para pasar al rol de velar por su nueva responsabilidad (un hijo a temprana edad); esto, en los casos donde padres adultos omitieron y/o permitieron conductas que conllevaron a esta situación.

Es importante destacar, la necesidad de mantener una constante comunicación con los hijos, evitando que la delincuencia aproveche ese estado de indefensión emocional para suplirlo con ofertas que en su discurso subliminal de apoyo, los conlleve a ingresar sin percatarse al mundo delictual, o en su defecto al consumo de estupefacientes, que a su vez, los estaría dirigiendo por el camino a convertirse en pequeño traficante. Existen hogares donde dan poca importancia a la educación, poco gusto por el estudio y no existe motivación de los padres hacia sus hijos para que se eduquen, evento que les genera mayor vulnerabilidad.

Aquí he de referirme también, a la dinámica cambiante de la delincuencia en busca de evadir los controles de las autoridades, exponiendo un riesgo para el incremento en la instrumentalización de NNA en la comisión de actividades ilícitas, particularmente relacionadas con el hurto y tráfico de estupefacientes, fenómeno de preocupación, en razón a que algunos grupos de adolescentes se podrían consolidar para materializar este tipo de delitos, conllevando a enfrentamientos que ocultarían la participación intelectual de integrantes de bandas delincuenciales; con todo y lo anterior, hay que prestar atención a la concentración de NNA en los barrios, algunos podrían estar en sano esparcimiento, y para los cuales es contundente generar acciones preventivas y de control que garanticen su protección; contrario a ello, los grupos que aduciendo conformar o hacer parte de una “pandilla” estarían a la merced de la ilicitud y aumentan la percepción de inseguridad subjetiva que se presenta en algunos sectores de la región. No hay que olvidar la famosa frase de un importante pensador como Pitágoras quien afirmó “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. Dios y Patria.

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