Con el propósito de afianzar la cultura ciudadana en la región, se trae al escenario un tema que para muchos sería poco relevante, pero en la colectividad recobra importancia, toda vez, que de fortalecerla beneficia la sana y buena convivencia o en su defecto, continuará afectando en la percepción de inseguridad subjetiva de la ciudad, destacando para estos tiempos la falta de CIVISMO y URBANIDAD, aquellas pautas mínimas de comportamiento social conocidas, más no aplicadas por las personas en su cotidianidad.
Ahora bien, la reflexión está orientada a recordar algunas de estas normas, las cuales no son nuevas, pero si olvidadas, evidenciado a través de hechos de afectación en esta jurisdicción y que se podrían evitar a través de su afianzamiento; tan sencillas como saludar y respetar al prójimo; aunque no estoy en contra de la tecnología, algunos no comprenden que su uso debe ser mesurado y controlado en el momento indicado, tomo como ejemplo la incomodidad generada en reuniones, incluso, charlas de amigos o reunión familiar, donde todos prestan mucha atención, pero al chat del celular.
Y refrescando memoria, existe una norma de urbanidad y civismo que indica “no leas cartas, libros ni documentos cuando estés acompañado, pero si resulta necesario hacerlo, debes pedir permiso”, aterrizado a la actualidad, la única variante está en el medio utilizado, en este caso un teléfono móvil o tablet de última generación; aclaro todo esto, porque es preocupante como se debilita la capacidad formal y personal de comunicación, indispensable para lograr un excelente entendimiento, evidenciado diariamente con solo dar una breve mirada al entorno.
Acudo a este ejemplo de los múltiples que se podrían mencionar, destacando que algunos medios de comunicación social adelantan campañas para el rescate y el fortalecimiento del civismo, la urbanidad los valores fundamentales, desarrollo de actitudes de convivencia ciudadana, respeto a los demás y a lo público; la prensa, radio, televisión e internet deben ser una herramienta útil para generar apropiación colectiva de la ciudad; en otros términos, que cada ciudadano crea y sienta a la ciudad como suya, construyendo un cerco o un inmenso muro contra la delincuencia, la intolerancia, el irrespeto y las acciones dañinas que afectan la región, el país y sus habitantes.
Es necesario comprometer a los niños, niñas y adolescentes en las campañas que permitan revivir aquellos gestos de buen comportamiento ciudadano, como lo han realizado en otras ciudades, experiencias exitosas que vale la pena multiplicar, qué mejor que nuestros jóvenes alimentando a la comunidad del espíritu de servir en beneficio de todos y para todos, un llamado de atención para continuar avanzando en el aporte que cada ibaguereño y tolimense puede hacer por su tierra, por su región y por su país. DIOS Y PATRIA.
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