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Por ese cariño y entrega permanente queremos decirles Gracias mil veces Gracias, a esas mujeres, que con dedicación se esfuerzan para hacer de sus hijos unos seres de bien, más aún si se tiene en cuenta que son las primeras en levantarse y las últimas en acostarse.
Y es que madre no es aquella que después de nueve meses, o menos si se quiere, cargan a un ser dentro de su vientre; madres son todas aquellas que una vez dan a luz, se preocupan porque nada nos falte, nos protegen, nos enseñan, y se preocupan por todo lo que nos pueda llegar a pasar. Pero sin lugar a dudas el reconocimiento más grande y la mejor de las venias, es para aquellas que sin necesidad de haber parido a un ser, se ganan el título de Madre, esas mujeres que por adopción reciben en el seno de su hogar a pequeñas criaturas que cuidan y crían, como si llevaran su misma sangre.
Esta celebración del día de las madres, no tiene precedentes en nuestro país, es algo atípico, que como en el caso de nuestra ciudad, deberán celebrar al interior de sus hogares, debido al toque de queda que de manera responsable han ordenado las autoridades político administrativas, para garantizar que muchas personas no contraigan el Covid-19.
Debemos recordar que históricamente en nuestro país, esta fecha en la que celebramos al ser que nos da vida, es donde infortunadamente muchas de ellas se pierden, lo anterior debido a la ingesta irresponsable de bebidas embriagantes, las cuales producen desórdenes mentales temporales en aquellos que abusan de las mismas.
Por eso desde el inicio del aislamiento preventivo obligatorio, la Policía Metropolitana de Ibagué, alineada a las políticas institucionales, ha implementado la “Patrulla en casa”, donde mujeres y hombres de nuestra institución, van puerta a puerta, sensibilizando a los integrantes de las familias que se encuentran confinadas, para evitar la violencia intrafamiliar o de género.
La invitación, es para que este domingo 10 de Mayo, le rindamos homenaje a la más linda del hogar, llenándola de mimos y caricias en su día, y no de tristeza y llanto, al ver como un puñado de “borrachos” se pelean entre sí, porque decidieron celebrar un día que no les pertenece.
Que sea este el momento para cambiar la historia de nuestro país, que ojalá sea el primero de muchos años venideros, donde podamos decir que no se registró ni una sola riña en esta celebración y que unidos en torno a ese ser maravilloso, podamos gritar que Somos Uno, Somos Todos.
Dios y Patria.
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