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Y la respuesta del -supuesto- sector “alternativo” se presenta airada, vulgar y vacía, lo que tampoco enriquece el debate político. Por el contrario, muestran la triste realidad local: “políticos” que confunden la vehemencia con la vulgaridad, que entienden el servicio público como una monarquía bananera y se aprovechan de su poder falaz para construir sus relatos populistas haciéndose a un séquito clientelista fundado en la necesidad y el hambre. Sin embargo, no transforman más realidades que las suyas.
Pareciera que estamos condenados a asistir este año a una podredumbre de contienda electoral. ¿Acaso no es posible ofrecer un debate enriquecido de propuestas, proyectos e ideas? La pobreza mental de los políticos regionales atiza la apatía ciudadana de participar en política e interesarse en lo público. Estas peleas y agresiones públicas no distan mucho de los lamentables reality shows presentados en tv. La diferencia es que son los políticos quienes deberían dar ejemplo de valores democráticos y cívicos.
Los ibaguereños no podemos ser actores pasivos ante este triste escenario. Ante la falta de grandeza de quienes pretenden ser políticos, la respuesta ciudadana debe ser participar más y rechazar a quienes ofrezcan espectáculos bochornosos. El Tolima e Ibagué merecen más. El panorama es desalentador, pero sí hay candidatos decentes que ofrecen programas con visiones claras de desarrollo regional y priorizan la planeación como forma de ejercer el gobierno.
Muchas veces, las buenas opciones no son muy conocidas, pero no significan que estén por fuera de la competencia. Tenemos que buscar ese camino. Se necesita el debate, abrir los espacios a los precandidatos para que socialicen su visión de ciudad y las bases programáticas e ideológicas con que afrontarían las problemáticas del municipio y departamento. Es una exigencia democrática y ciudadana.
No es con alharacas que se desarrolla el municipio y el departamento. Faltan 8 meses de una administración que gobernó desde la mediocridad y prácticas non-sanctas. Según la encuesta de percepción ciudadana Ibagué Cómo Vamos 2022, el 69 % de los Ibaguereños siente que las cosas en la ciudad van por mal camino, y solo el 17 % de los ibaguereños considera como buena la gestión del alcalde Andrés H. Este gobierno, con su autopercepción distinta de la realidad, no deja para el municipio más que vergüenzas y atraso. La siguiente administración debe dejar la politiquería atrás y esas peleas veintejulieras, y comenzar a desarrollar la región sobre la base de documentos técnicos de planificación.
Hubo un tiempo en que el Tolima era tierra de juristas y hombres de Estado. Hubo épocas donde el debate nacional era liderado por políticos de estas tierras. Estadistas como José María Melo, Manuel Murillo Toro, Alfonso López, Darío Echandía y otros, promovieron grandes discusiones y propuestas de cambio y transformación para Colombia y la región. Ese pasado nostálgico, al menos, puede recordarnos que la política no ha sido siempre ese espectáculo barato que hoy nos ofrecen. Si el pasado fue distinto, el futuro también lo puede ser.
Al terminar esta columna se conoce del nombramiento de Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez como ministro de Salud. Abrazo con alegría y optimismo esta gran noticia para el país. Un estadista a cargo del Ministerio permitirá sacar adelante las reformas necesarias para garantizar el derecho fundamental de todos los colombianos.
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