Hace 15 años nuestro país elegía al último presidente del siglo XX. Se enfrentaban Andrés Pastrana y Horacio Serpa, este último, cargando la herencia del gobierno de Ernesto Samper, calificado por algunos como un periodo donde convivió la “Narco-democracia” y que conllevó a que Colombia fuera catalogada por analistas políticos como una Democracia Iliberal.

El resultado electoral de este proceso ya todos lo sabemos, ante el desprestigio y desgobierno vivido, triunfo en las urnas la propuesta de “Negociar la Paz” con las guerrillas Farc liderada por Pastrana, propósito que, a la postre, fracaso, dándole paso al Gobierno que bajo el concepto de “Seguridad Democrática”, acuñado al mejor estilo criollo por Álvaro Uribe Vélez, logró un triunfo avasallador en las elecciones de 2002, el mismo que lo legitimó para realizar sendas reformas constitucionales, las cuales le permitieron no solo reelegirse sino ungir y lograr la elección de quien sería el sucesor, y que ahora, como su mentor, aspira a la reelección.

No pienso a detenerme a calificar o descalificar los últimos gobiernos en estas líneas, la reflexión está orientada al análisis de si hoy, como hace 15 años, Colombia puede ser considerada como una Democracia Iliberal, y que podría devenir en un Estado de opinión, donde por encima de la Constitución está la “opinión de las mayorías”, y en el cual la democracia se ha convertido en un juego manipulado por minorías privilegiadas, representada en las élites económicas (nacionales y transnacionales), que aliadas con las fuerzas políticas, logran incidir en las decisiones del pueblo y manejar el país a su antojo.

Esto a propósito de la intención del Presidente-Candidato, de convocar un “Referendo refrendatorio” de un eventual acuerdo de Paz, por medio del cual se pretende consultar la voluntad del pueblo para que apruebe, o mejor, “refrende”, el marco jurídico para la paz promulgado por el Congreso de la República y de paso asegurar su anhelada reelección.

Será acaso que convocando al pueblo mediante un referendo se podrá “recuperar” y “fortalecer” la democracia colombiana?. Lograr una paz verdadera y duradera?. ¿Superar la barbarie que durante más de 50 años hemos vivido?. Y que además es necesario reelegir al Presidente Santos?. Solo la historia nos lo dirá.