Únanse al baile de los que sobran… I

Luis Fernando Garibello Peralta

Tuve la oportunidad de ir a Chile no hace mucho, y después de varios días, decidí preguntar con mucha precaución sobre la dictadura que vivieron en los años 70 y 80´s, lo hice a alguien que pudiera tener memoria de ello, un taxista de unos 60 años.

El señor no solo me miró por el espejo retrovisor de su vehículo antes de decir algo, y después de un silencio largo e incómodo su respuesta fue rápida, fría y en voz muy baja, como si aún tuviera temor alguien 25 años después del fin de la dictadura. La sombra de Pinochet parecía en ese momento aún latente en el alma chilena.

Hoy, a 30 años del fin, Chile se sacudió como nunca antes, sus ecos se sienten en todo el mundo, tanto y más, como los hechos ocurridos en París, en Hong Kong, en Líbano lugares por cierto, prósperos, o al menos eso parecía. Pero, ¿porque el aumento de solo 30 pesos en el pasaje de metro, unos 135 pesos colombianos ha causado semejante tsunami que amenaza las democracias? Muchos coinciden en que realmente no fue esto lo que condujo a que la reacción de la gente haya sido así, brutal! sin embargo, este fue solo el detonante que necesitaba la sociedad modelo de América Latina para como dicen “botar la tapa”. Lo que parecía un país del primer mundo, próspero y con gente tranquila, resultó una “falsa caracha” como cuando uno de niño se caía y pensaba que su rodilla estaba sanando pero debajo estaba lo peor, nuestras madres debían quitarla, limpiar, desinfectar y esperar ahora sí, a su curación, lo cual era lo mismo que causar otra herida.

Sebastián Piñera, su Presidente por segunda vez en los últimos 5 años y según Forbes, uno de los 5 hombres con más ricos de Chile y 804 en el ranking de Multimillonarios, acató a decir: ¡Estamos en Guerra!, su esposa también erró cuando dijo a una amiga que las manifestaciones parecían más a una “invasión alienígena”, estas frases marcaron más la hoja de ruta de los manifestantes que del mismo gobierno desorientado, lo que indicaba un total desconocimiento de la realidad, y un irrespeto hacia los ciudadanos.

El 31 de octubre, los jóvenes estudiantes en Bogotá realizaron la “marcha de las máscaras”, y como lo tituló france24: “Desde Beirut hasta Hong Kong, el rostro del Joker brilla en las manifestaciones”, tal como en su momento y hace años lo fue “V” de Venganza.

Analogía interesante pero inversa, pues los gobernantes han hecho lo mismo; usan una máscara en campaña para acercarse a los ciudadanos, y otra muy distinta para gobernar. La canción a que se refiere el título de esta columna, se ha convertido en el himno de estas protestas, la mayoría de quienes las cantan, ni siquiera había nacido en 1986 cuando fue compuesta por un integrante de un grupo de rock en español llamado Los Prisioneros, punta de lanza de una generación que tuvo su culmen en 1989, tal y como lo dijo recientemente Javier Solana: “La caída del Muro de Berlín en Noviembre de 1989 marcó el final no de un capítulo histórico, sino de un párrafo…”.

Lo que está pasando en Chile es histórico, es grande, es un cambio de generación y donde no solo los jóvenes son fundamentales también lo son los mayores, pues ya no hay miedo a Pinochet, a nadie. Lo que debe inspirarnos y generar un eco tan grande como la misma esperanza, es la protesta contra un sistema político con pies de barro, corrupto e inflexible y que no cuentan con la gente para nada.

Piñera hizo lo que creyó debía hacer, lo mismo que en Ecuador, Hong Kong y París: reversaron medidas, recularon, cambiaron ministros, incrementar el gasto público, pero para que esto se dé, saben que por “otro lado” deben aumentar impuestos a quienes más ganan, medidas no solo desesperadas para ganar tiempo, sino populistas.

Esto se parece más a la foto que tomó el Hubble y publicó ayer la NASA, lo que parece una máscara es el inminente choque de dos galaxias, donde la más grande se “tragará” a la más chica, la más vieja a la más joven, esto sucederá por supuesto, y calculan será en unos 1.000 a 1.200 millones de años, y a una distancia de unos 100 millones de años luz de la tierra. Solo espero que no duremos tanto en cambiar las costumbres políticas que han lanzado a las calles del mundo a millones y que en esta oportunidad, David vuelta y venza a Goliat, lo único malo, es que acudan a la violencia para ello, no debe ser así.

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