Un mes antes del día del paro programado para el jueves 21 de noviembre, el Gobierno se preparó para lo peor, empezó a tomar las medidas, creó un programa a última hora para contar lo que se había hecho, un canal abierto a los ciudadanos. Llegó así el día, y el joven Presidente veía cómo se hacía real el monstruo de sus pesadillas: le crecían piernas, sus manos grandes mostraban sus uñas y le nacían varias cabezas a ese muñeco de terror, mientras tanto, él se encontraba muy preocupado y además solo.
La Vicepresidente según informaron los medios, le ordenaron que se regresara de la Guajira donde estaba, a Bogotá; la Ministra de Transporte estaba en Cartagena participando del congreso de Infraestructura como si lo previsto por un Gobierno más informado que sus ciudadanos, no advirtiera que la movilidad sería lo más afectado. El Ministro de Hacienda, ese mismo día había dado declaraciones en el sentido de que el régimen de prima media debería acabarse, la Ministra de Trabajo ponía sobre la mesa su renuncia si se aprobaban las reformas mientras peleaba con su colega Carrasquilla y por si fuera poco, filtraron una conversación del Embajador en Estados Unidos hablando mal del Canciller y del Gobierno Americano, en fin, cada quien con su agenda propia y nadie estaba con el Presidente Duque quien a pesar de todo, había ganado legítimamente unas elecciones en 2018; será que muchos de ellos viven en otro país?.
Se repitió acaso la situación de 2016, cuando la Ministra de Educación Gina Parody lanzó su famosa cartilla de orientación sexual impulsando “a la tapada” la ideología de género, sacando ese mismo día a la calle a cientos de miles y todo esto a pocas semanas del referendo por la paz como fue bautizado, y que el Gobierno Santos perdió. Muchas de las propuestas de funcionarios actuales han generado controversias: las pesca de tiburones, la devolución del dinero a los bancos por la ruta del sol, las pensiones, el fracking, hasta lo dicho por el Director del Sena sobre una mujer en Chocó, tantas que el mismo Presidente haya salido a desmentir cada una.
Hay quienes sueñan ser el próximo Presidente pues pareciera fácil, y hay quienes quieren ser sus Ministros, hay quienes quieren durar otros 8 o más años en los gobiernos como viene sucediendo, con los privilegios propios del cargo y todos sin excepción, prendiendo inciensos a sus jefes y a los jefes de los jefes, todo a espaldas de un país, desde que se enquistó esta nueva clase social y política: los tecnócratas. Hay periodistas que se creen dioses y veladamente lanzan dardos contra el gobierno que los tiene “corticos” en pauta, creyéndose tan poderosos, que van pidiendo cabezas de ministros y funcionarios cada día y peor, sugiriendo a sus sucesores.
Nepal es un país de veintiocho millones de habitantes y 27 mil dioses, una de ellas; La Kumari de Tokha –Dangol, quien desde que era bebé se trata como a un dios viviente, se cree que sus ojos son un puente entre quien la mira y lo divino, su padre con mucho cuidado la sostiene siempre en sus brazos para no contaminarse con el suelo que pisan los demás mortales hasta que en un palanquín, fue elevada por encima de una multitud que la aclamó durante la fiesta de Bisket Jatra, esto sucedió en 2016 informaron muchos medios de donde tomo la información y me acordé al escribilo. Colombia me pareció un poco a Nepal cuando abordé el estrecho transmilenio en la mañana, y vi una señora que prohibió ocupar una silla que a estaba a un lado suyo pues a lo lejos, vio alguien cercano, familiar y que pretendía tomar el ya apretado bus, le guardó el puesto a pesar de la molestia generalizada entre quienes se habían subido primero, lo que estuvo a punto de causar un tropel absurdo.
Pensé por supuesto en esta diosa nepalí y el parecido de los dioses colombianos que reposan en el eterno ruido de las ciudades que habitan: dioses contemplativos, eternos, dioses hijos de otros dioses que pasaron por esos mismos cargos, dioses silenciosos y despreocupados, dioses políticos, dioses deportivos, funcionarios dioses, dioses alumnos, dioses profesores, dioses abogados, dioses columnistas, dioses periodistas, dioses de izquierda, dioses de derecha y dioses de centro.
Esto lo corroboré luego, cuando me topé con un funcionario del gobierno que dentro de la estructura estatal lejos está de ser ministro o fiscal, o magistrado de corte suprema o constitucional, pero que llegó a la entidad que dirige, en camioneta con tres escoltas, uno de ellos un policía motorizado y su conductor, mientras muchos en las calles y barrios piden los miren los escuchen, así sea montando su propia revuelta con la ayuda de un celular y crean que como estos dioses, ellos también existen.
Presidente: usted es el representante legítimo nuestro y lo será hasta el 2022, no obstante gobernar un país con tantos dioses, que piden a las patadas su propio reino para ser adorado y sin consideración y respeto de los demás, es complicado, como dijo Chales de Gaulle: “Es muy difícil gobernar un país que tiene casi 300 variedades de quesos”… solo hay que ponerle orden a esto, autoridad, respeto y usted debería hacerlo, principalmente acabar la corrupción para siempre. Y mientras tanto el Congreso pasando de agache?
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