Hace pocos meses, mientras Colombia se consolidaba como un paÃs de mafias y absolutismo en el poder, logró llevarnos serenamente al PaÃs de la Canela, y deslumbrarnos con el descubrimiento del RÃo Amazonas, y de paso, mostrarnos pedazos del alma de los conquistadores españoles en América. El viaje duró poco y el paÃs real siguió peor.
Por estos dÃas, el poeta tolimense intenta de nuevo rescatarnos para solaz nuestro del paÃs de hoy: de fallos judiciales, electoral, de corrupción, de escándalos, violencia, miseria y pobreza, para llevarnos "Por los paÃses de Colombia", cantados por nuestros poetas, y que hacen parte de su nueva obra editada por el Fondo de Cultura Económica. Desfilan, entre otros, por los paÃses de encanto, como dueños de casa en representación de sus regiones, José Asunción Silva, Barba Jacob, Luis Carlos López, León de Greiff, Aurelio Arturo y de manera especial Ãlvaro Mutis. Varios comentaristas de la obra literaria en mención, consideran -afortunadamente- a Mutis oriundo del Tolima, y elogian ese dúo enaltecedor de tolimenses -Mutis y Ospina- por su presencia ejemplar, viva y actuante, tanto en la vida académica hispanoamericana como en la vida nacional. En buena hora.
La mención de Mutis como tolimense no es gratuita. Mutis es tolimense del alma más que de registro civil. Asà lo ha expresado: "Todo lo que he escrito está destinado a celebrar, a perpetuar ese rincón de la tierra caliente del que emana la substancia misma de mis sueños, mis nostalgias, mis terrores y mis dichas. No hay una sola lÃnea de mi obra que no esté referida, en forma secreta o explÃcita, al mundo sin lÃmites que es para mà ese rincón de la región del Tolima, en Colombia". He ahà parte del registro civil de nacimiento del poeta.
Para Mutis, el rÃo Coello constituye el cordón umbilical de unidad con el Tolima, entendiendo como lo expresa él "que los rÃos han sido y serán hasta mi último dÃa, patronos tutelares, clave/ insondable de mis palabras y mis sueños". Y más allá que las aguas del Escalda, del Magdalena, del Amazonas, del Sena, del Nilo, del Ródano y del Miño, están "las aguas del rÃo Coello, sus efÃmeras espumas, su clamor, su aliento a tierra removida, a pulpa de/ café golpeada contra las piedras".
Todo lo anterior, aunque breve en extremo, para recordar que los tolimenses no somos sólo polÃtica, también somos poesÃa.
William Ospina tiene la buena costumbre de sacarnos de cuando en cuando del país real de angustia y conflicto en que vivimos para llevarnos a lugares remotos y enigmáticos del pasado o enviarnos al sereno y mágico mundo sin tiempo de la poesía.
Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO
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