¡Arriba, Tolima!

William Ospina tiene la buena costumbre de sacarnos de cuando en cuando del país real de angustia y conflicto en que vivimos para llevarnos a lugares remotos y enigmáticos del pasado o enviarnos al sereno y mágico mundo sin tiempo de la poesía.

Hace pocos meses, mientras Colombia se consolidaba como un país de mafias y absolutismo en el poder, logró llevarnos serenamente al País de la Canela, y deslumbrarnos con el descubrimiento del Río Amazonas, y de paso, mostrarnos pedazos del alma de los conquistadores españoles en América. El viaje duró poco y el país real siguió peor.

Por estos días, el poeta tolimense intenta de nuevo rescatarnos para solaz nuestro del país de hoy: de fallos judiciales, electoral, de corrupción, de escándalos, violencia, miseria y pobreza, para llevarnos "Por los países de Colombia", cantados por nuestros poetas, y que hacen parte de su nueva obra editada por el Fondo de Cultura Económica. Desfilan, entre otros, por los países de encanto, como dueños de casa en representación de sus regiones, José Asunción Silva, Barba Jacob, Luis Carlos López, León de Greiff, Aurelio Arturo y de manera especial  Álvaro Mutis. Varios comentaristas de la obra literaria en mención, consideran -afortunadamente- a Mutis oriundo del Tolima, y elogian ese dúo enaltecedor de tolimenses -Mutis y Ospina-  por su presencia ejemplar, viva y actuante, tanto en la vida académica hispanoamericana como en la vida nacional. En buena hora.

La mención de Mutis como tolimense no es gratuita. Mutis es tolimense del alma más que de registro civil. Así lo ha expresado: "Todo lo que he escrito está destinado a celebrar, a perpetuar ese rincón de la tierra caliente del que emana la substancia misma de mis sueños, mis nostalgias, mis terrores y mis dichas. No hay una sola línea de mi obra que no esté referida, en forma secreta o explícita, al mundo sin límites que es para mí ese rincón de la región del Tolima, en Colombia". He ahí parte del registro civil de nacimiento del poeta.

Para Mutis, el río Coello constituye el cordón umbilical de unidad con el Tolima, entendiendo como lo expresa él "que los ríos han sido y serán hasta mi último día, patronos tutelares, clave/ insondable de mis palabras y mis sueños". Y más allá que las aguas del Escalda, del Magdalena, del Amazonas, del Sena, del Nilo, del Ródano y del Miño, están "las aguas del río Coello, sus efímeras espumas, su clamor, su aliento a tierra removida, a pulpa de/ café golpeada contra las piedras".

Todo lo anterior, aunque breve en extremo, para recordar que los tolimenses no somos sólo política, también somos poesía.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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