Disparos al aire: Ilusión patriótica

Varios voceros del establecimiento han denunciado que la naciente organización política “Marcha Patriótica” constituye un brazo político de las Farc.

El propio Presidente Santos, hace pocos días, sin querer queriendo -como diría el célebre Chespirito- condenó la combinación de las formas de lucha como práctica política refiriéndose soterradamente a la movilización de la naciente organización de masas. Los dirigentes de “Marcha Patriótica” han reiterado que dicha organización es legal, de estirpe popular, de la franja de izquierda democrática y sobre todo, de  apoyo y búsqueda de la paz en Colombia. Y si ellos lo dicen, sobre todo líderes democráticos de amplio reconocimiento y seriedad política, es justo y necesario creerles.

Los cuestionadores de la naciente organización política, sustentan sus condenas en lo que consideran inexplicables inversiones millonarias en la movilización de los asistentes a la Marcha realizada en días pasados en Bogotá, provenientes centenares de ellos de alejadas regiones del país donde ha tenido presencia la organización guerrillera ya referida.

Los organizadores de la manifestación han sostenido que dichos recursos fueron aportados por organizaciones de base y sociales reconocidas legalmente a lo largo y ancho de la geografía nacional. Sin embargo, y solo y nada más que en gracia de discusión, supongamos que la citada organización guerrillera, invirtió dinero en dicha movilización: ¿qué podríamos pensar?. Varias cosas por demás interesantes:

Que una organización guerrillera como la mencionada invierta en tamales y gasolina para apoyar una movilización popular, de entrada es reconfortante, ya que esos mismos recursos gastados en cilindros, minas y munición ocasionan dolor y muerte, mientras los gastos en comida y transporte en marchas populares como la reciente, no traen consigo ni violencia ni luto. Lo novedoso en el hipotético caso,  sería que la orientación de la inversión de recursos de aquí para delante siguiera ese derrotero, o sea, palabras más palabras menos, la sana ilusión de la mayoría del pueblo colombiano, de ver algún día, que las Farc no inviertan más en la guerra y le jalen en serio a un proceso de paz con resultados concretos a corto plazo.

La otra especulación esperanzadora, radica en que las Farc si presuntamente invierten recursos en esos menesteres, lo deben hacer porque existen secretos acercamientos, que en el futuro pueden conducir al inicio de un proceso de paz. Pero, lo anterior, ya lo hemos dicho, son meras reflexiones alrededor de una ilusión de paz que ojala algún día fuera cierta y real. Lo único cierto, lo constituye el peligro que pueden correr los dirigentes del naciente movimiento frente a una extrema derecha militarista, que en medio de las especulaciones de opinión, arremetan como siempre asesinando activistas de esa organización, por aquí y por allá y a toda hora.  De ahí, la urgente necesidad de acordar con el Presidente Santos, reglas de juego claras para el respeto a la vida y  la expresión política de los nuevos patriotas. Ante todo, por la paz.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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