Los actuales alcaldes de Bogotá e Ibagué, tienen dos -entre otros muchos- puntos de encuentro en gobernabilidad: uno bueno y otro malo. El bueno, la búsqueda de la Seguridad Humana como objetivo de sus respectivas visiones estratégicas de desarrollo; el malo, las relaciones con sus empresas de acueducto y alcantarillado.
En el caso de Bogotá, reflejado en los conceptos técnicos dados por funcionarios de aquella entidad, que aseguraban contar con la estructura administrativa eficiente para sortear el reto del cambio del esquema de recolección de basuras, y que al final no resultó viable, embarcando al Alcalde en un lío de impredecibles consecuencias administrativas y gubernamentales.
En Ibagué, ocurre algo parecido con el Ibal, que le asegura al Alcalde contar con el recurso de agua potable para la construcción de 1.100 viviendas cerca a Boquerón, más concretamente en la Urbanización El Tejar.
Pues bien, el proyecto de vivienda gratis para 1.100 viviendas en la Urbanización El Tejar en Boquerón, no cuenta hoy -ni por lo menos en un año- con agua potable para sus futuros habitantes.
El problema es supremamente grave, pues estamos hablando de la construcción por Colpatria de 55 torres de cinco pisos, para 1.100 familias, más o menos 5.500 personas. Y, algo más preocupante, esas viviendas que no garantizan a corto plazo agua potable para su consumo, es posible que ni siquiera tengan agua cruda, no tratada, cuando sean entregadas a las supuestas primeras familias beneficiadas.
Las consecuencias serían desastrosas para Ibagué, por cuanto el problema de orden social será de dimensiones inimaginables, empezando por la posibilidad de invasiones ilegales y masivas a esos apartamentos, inhabitables en condiciones normales de salubridad y dignidad humana.
Ahora bien, Acuaboquerón no puede técnicamente responder con el suministro de agua potable para el elefante blanco de la urbanización El Tejar. La viabilidad de contar con tres afluentes alternos (ubicados en la vereda Peñaranda) para ese proyecto no cuadra, ni en tiempo ni en espacio. De la noche a la mañana, no se pueden construir captaciones en tres quebradas, juntar estos tres caudales, colocar la tubería para el transporte del agua a Boquerón y tener la nueva planta de tratamiento. De eso tan bueno no dan tanto, decía un famoso bobo antioqueño.
Todo lo anterior, debe conducir a una revisión objetiva y técnica del Señor Alcalde de Ibagué, del proyecto de vivienda gratis en mención. ¡Ah!, otra cosa es que por encima del objetivo de garantizar el derecho fundamental a vivienda digna de compatriotas esperanzados en alcanzar ese sueño, impere el interés de la contratación de obras de cemento para beneficio de unos cuantos contratistas, si se tiene en cuenta que éstas avanzan más rápido que las obras para el suministro de agua.
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