Los ñoños del Tolima

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Pasadas las elecciones parlamentarias, ha surgido una nueva denominación para los barones electorales de la politiquería colombiana: los ñoños. Lo anterior, teniendo en cuenta las votaciones obtenida por los ñoños costeños: Bernardo “ñoño” Elías y Musa Besaile, quienes salieron elegidos senadores con la segunda y tercer votación individual más alta en el país. Semana, -inventora del calificativo–considera que se trata de la superación electoral del tradicional clientelismo que manejaban con inmenso poder decisorio en la política nacional los Names en la Costa, los Guerra Serna en Antioquia, y –lo dice Semana así en plural - los Santofimio en el Tolima.

Ese antiguo clientelismo, que cambiaba votos por puestos, mutó ahora con los ñoños al matrimonio funesto entre la política y la contratación de obras públicas, o sea, el paso de la lenta y perezosa maquinaria burocrática a la moderna y tecnificada de la contratación pública.

Y los ñoños costeños dieron buena cuenta de esos avances: Musa Besayle, a quien el Gobierno nacional le asignó proyectos por más de $115 mil millones, fue uno de los que más aumentó su votación al pasar de 72 mil votos en 2010, a obtener más de 145 mil en estas elecciones de 2014. Una de las características de los ñoños, fue la de –como mínimo- duplicar la votación. Bernardo “ñoño” Elías –de La U- aumentó la suya en un 89 por ciento frente a sus resultados en 2010. Roosvelt Rodríguez, -de la U también- dio un salto sorprendente al Senado con una votación que aumentó en un 283 por ciento. Algo parecido –en sus justas proporciones- ocurrió en el Tolima donde el parlamentario Carlos Edward Osorio –también de la U como los ñoños de arriba- sostuvo su curul pasando de 14.839 hace cuatro años a 35.300 votos hace doce días. Y, al igual que algunos de ellos, -hablamos de los ñoños nacionales- podría compartir la célebre orientación ética del exsenador Juan Carlos Martínez, de que se gana más dinero en la política que en el narcotráfico. No podemos olvidar que uno de los más cercanos colaboradores del electo Representante del Tolima, militó hace poco en el mismo partido bajo la jefatura del tristemente célebre senador Martínez.

Parece que ningún otro parlamentario tolimense elegido en el pasado debate logró duplicar su votación. No sobra señalar que el parlamentario Osorio, recibió de la mermelada más de cuatro mil millones de pesos en envión final de proselitismo electoral. Pero, lo preocupante para el Tolima, no es sólo esta elección, sino la alarmante noticia de que los propios ñoños tolimenses –entre ellos un nefasto exalcalde de Ibagué y un empresario textilero- al igual que los otros ñoños de la Costa y el Valle, en su calidad de versión actual de los caciques tradicionales, (quienes al menos sabían leer, escribir y hablar bien en público), se lanzarán como candidatos a la Gobernación y la Alcaldía de Ibagué. De darse esa eventualidad electoral: ¡Que Dios nos coja persignados!.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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