El Centro Democrático, con el Presidente eterno a la cabeza y su avezado alfil, el cuestionado, por decir lo menos, Néstor Humberto Martínez, están empeñados en atacar todo el andamiaje de la Jurisdicción Especial para la Paz, que es el componente de Justicia, del Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición.
En contravía de lo decidido por la propia Corte Constitucional persisten e insisten, tozuda y descaradamente, en desconocer los argumentos expuestos en Sentencia 080 del 2018, en la que se analizaron todos los aspectos, de nuevo planteados por el Fiscal y el Presidente en sus objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP.
Llama la atención la acuciosidad y la eficacia de la Fiscalía en perseguir la supuesta corrupción dentro de la JEP, en contraposición a sus escasísimos resultados en la persecución de la criminalidad en el país.
No obstante, los colombianos recelamos y sospechamos, que estas acciones de la Fiscalía, hacen parte de una gran estrategia de desprestigio para minar y acabar con esta Jurisdicción, además de pretender desmoralizar a sus Magistrados y funcionarios. Producen estupor y desconfianza, las intervenciones de la DEA en los operativos; la utilización de agentes encubiertos o agentes provocadores; la modalidad de entrampamiento o determinación al delito.
La suspicacia se hace más punzante cuando justamente quieren ligar al caso Bermeo a Santrich, sin prueba alguna, como lo alegó la Procuraduría; y, cuando al desgaire sueltan el nombre de un Magistrado, para que luego se diga, que no hay nada en su contra.
El Presidente de la República, objeta la ley estatutaria de la JEP a riesgo de su propia gobernabilidad; de perder las mayorías en el Congreso para sacar adelante sus iniciativas; objeta, a pesar del anhelo de los colombianos, de superar al fin, la página de la guerra; objeta contra los propios militares que ya se han acogido a ese Tribunal; objeta, no obstante, del ruego para la sanción de la ley hecha por personalidades y organismos internacionales; objeta sin importarle los avances y el trabajo adelantado por la JEP; objeta a pesar de que ello pueda provocar una vuelta a las armas de muchos reinsertados, o, una toma de armas para quienes están expectantes; objeta haciendo omisión de las prevenciones y el ojo vigilante del Corte Penal Internacional.
El Señor Presidente y su partido Centro Democrático, quieren devolver la película; para ellos el conflicto armado no existió, solo hubo bandas terroristas; no se suscribió un acuerdo vinculante para darlo por terminado. Es decir, pretenden retroceder, otra vez, al horror de la guerra, para supuestamente derrotar, ahora sí, militarmente a su tradicional enemigo. Éxitos a la JEP. A buena hora.
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