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Uno de los principales problemas de la propagación del coronavirus es la gran cantidad de personas asintomáticas contagiadas, por eso los especialistas han recomendado a los países realizar campañas tempranas y agresivas en los testeos. Ese fue el éxito de países como Corea del Sur, Nueva Zelanda y Taiwán. Estrategia que luego copiaron en los países de la Unión Europea, Inglaterra y Estados Unidos.
En las principales ciudades de esos países (donde está concentrada la mayoría de la población), es común encontrar en las principales cadenas de droguerías y supermercados, colegios públicos o en el parqueadero de un estadio, un puesto de vacunación gratuita para las pruebas de PCR o una rápida de antígeno. Los resultados los envían por correo a las dos horas, para que, en el caso de salir positiva la persona, se aísle inmediatamente y evite el contagio en su entorno familiar o de trabajo.
En Colombia, sucede todo lo contrario. Aquí para pedir una cita de prueba covid es un lío y obligan a las personas a mentir con tanta preguntadera. Algunas EPS, medicinas prepagadas y laboratorios, están haciendo su agosto (negociado) con las pruebas de covid particulares. Literalmente coronaron el virus. La prueba rápida de antígeno le cuesta a cualquier parroquiano $100.000 y la PCR $230.000, y terminan entregándola después de tres o cuatro días hábiles, cuando la persona ya está en UCI.
Definitivamente este es un sistema de salud pública perverso. ¿Cómo puede costar más el diagnóstico que la medicina? Para rematar, acaban de obligar a las personas presentar fórmula médica al único proceso eficaz de control del virus barato que existe en el país. Las gotas de Ivermectina. Son unos genios para volver lo fácil en difícil para fomentar la burocracia y la corrupción. ¡Qué barbaridad!
Por no corregir a tiempo este abusivo e ineficiente sistema de salud pública, en un día (como el pasado jueves), mientras se recuperaron 13.000 pacientes, por las puertas de urgencias entraron 17.000 contagiados y fallecieron 380 pacientes. Mientras tanto, sólo se están realizando 90.000 testeos en promedio día en todo el país, lo que representa una cobertura de tan sólo el 0.1% del total de la población del país.
Con razón todas las UCI de los hospitales y clínicas del país están a reventar. Y mientras tanto, la economía y los negocios deteriorándose, porque los alcaldes siguen creyendo que encerrando a la gente y cerrando el comercio a punta de ley seca y pico y cédula, van a frenar la pandemia.
Cabe preguntarse. Si una de las principales recomendaciones de las autoridades sanitarias para contener la propagación del virus es el testeo y el uso de mascarillas, ¿por qué el gobierno, los alcaldes, gobernadores y empresa privada, no han direccionado todos sus esfuerzos, ayudas y presupuestos, hacia una campaña agresiva sobre esta estrategia? Corea del Sur, está compartiendo una guía útil para otros gobiernos sobre cómo actuar eficazmente frente a la propagación de la pandemia.
Cuando las cosas no están saliendo bien, hay que cambiar de estrategia.
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