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Y comienzo por decirles que me parece lamentable que los temas de la política agrícola en esta campaña electoral hayan sido tan triviales. Los precandidatos de las coaliciones de centro, centro derecha y derecha, no pueden seguir debatiendo sobre las disparatadas propuestas que semanalmente lanza Gustavo Petro, para llamar la atención de los despistados, mantenerse en la pasarela de las redes sociales y medios de comunicación del país, y de paso, cautivar con falsas promesas a esa enorme población que está molesta y decepcionada de la politiquería en este país.
No sigan cayendo en esa trampa, hay demasiados problemas de fondo en este país, para andar perdiendo el tiempo en debates sobre estrategias que tuvieron un rotundo fracaso en los gobiernos de izquierda de Venezuela, Argentina, Nicaragua y Cuba, entre otros. ¿Quién va a comerse ese cuento chimbo de Petro, de que los problemas del campo se resuelven expropiando las tierras a quienes producen para regalárselas a quienes no producen? ¿Quién con tres dedos de frente, va a creerle a Petro, que va a reemplazar la producción y generación de divisas del petróleo con cultivos de aguacate o que va a solucionar el problema de empleo imprimiendo billetes para regalárselos a los desempleados? Claramente, en el sector agropecuario está todo por hacer, pero mientras los demás candidatos no hagan propuestas audaces de como sacar el sector agropecuario del atraso, pobreza e ineficiencia en que se encuentra, los despistados de este país (que son bastantes), le seguirán comiendo cuento a Petro.
Los productores y empresarios del campo, quieren saber por ejemplo, cuáles son sus propuestas de solución frente a la principal causa del subdesarrollo rural en Colombia, que es la insuficiencia de los conocimientos que tienen los jóvenes rurales. Mas de 9 millones de personas que viven en las zonas rurales del país, quieren saber que solución van a proponer para proporcionar a los jóvenes contenidos útiles que ellos puedan aplicar en la corrección de sus propias ineficiencias y en la solución de los problemas que ocurren en sus hogares, en sus fincas y veredas.
Allá afuera, en las zonas rurales de este país, hay más de 2 millones de productores del campo que no existen para el sistema financiero de este país y les toca producir los alimentos que llegan a las mesas de 50 millones de colombianos con préstamos de egotistas con altas tasas de interés. Ellos quieren saber cómo van a ayudarlos a bancarizarse para obtener créditos ágiles, oportunos y baratos.
Allá afuera señores precandidatos presidenciales, de cada 100 campesinos, 54 no tienen los títulos de sus predios rurales formalizados, el 90% no cuenta con sistema de riego en sus fincas y sus vías de acceso solo funcionan en verano. Este es el debate que hay que dar.
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