Se sabe que el consumo excesivo de alcohol es nocivo para la salud y que las personas que han adquirido el hábito de tomar diariamente o emborracharse los fines de semana corren el riesgo de enfermedades coronarias, cirrosis y alteraciones de la capacidad intelectual. Investigadores del Centro de Epidemiología Molecular y Genético de la Universidad de Milán en Italia han detectado un vínculo entre el consumo de alcohol, el cáncer y el envejecimiento que comienza a nivel celular con el acortamiento de los telómeros. ¿Qué son los telómeros? Son componentes del ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas. Están relacionados con la duración de la vida ya que determinan el número de divisiones de la célula. Su acortamiento significa menos vida; a medida que las personas envejecen, la longitud de los telómeros se acorta progresivamente.

Los investigadores han descubierto que las personas con telómeros –los extremos de los cromosomas- más cortos debido a un alto consumo de alcohol, presentan un mayor riesgo de cáncer. Los resultados del estudio se han hecho públicos durante la reunión anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer, que se celebra en Washington, Estados Unidos.


El consumo excesivo de alcohol actúa negativamente produciendo en la célula estrés oxidativo e inflamación, dos procesos que aceleran el acortamiento de los telómeros. Se sabe también que el acortamiento de los telómeros en la el ADN de la célula aumenta el riesgo de cáncer lo que significa una relación entre alcohol y posibilidades de enfermar de cáncer. Según el Dr. Andrea Bacarelli, director del estudio, no en vano los tomadores aparecen demacrados, con un envejecimiento prematuro y la posibilidad de un inicio temprano de enfermedades como el cáncer.   

Según explica Andrea Bacarelli, "quienes consumen alcohol en dosis elevadas tienden a parecer debilitados y se cree que este consumo excesivo conduce a un envejecimiento prematuro y a un inicio más temprano de las enfermedades asociadas al envejecimiento. En concreto, el consumo elevado de alcohol se ha vinculado con el cáncer en múltiples localizaciones". 

Los investigadores llevaron a cabo exámenes de laboratorio especializados midiendo el ADN en el suero de 59 participantes con adicción al alcohol, entre los que un 22 por ciento consumían cuatro o más bebidas alcohólicas diarias, y 197 participantes con hábitos de consumo variable; de ellos un cuatro por ciento tomaban cuatro o más bebidas diarias. Las características de ambos grupos eran similares en edad dieta, ejercicio físico y estrés relacionado con el trabajo.

Los resultados mostraron que la longitud de los telómeros se encontraba considerablemente reducida en aquellos que consumían grandes cantidades de alcohol; se encontró que la longitud de los telómeros era de casi la mitad en estas personas en comparación con quienes no abusaban de la bebida. Bacarelli añade que la disminución descubierta en la longitud de los telómeros es muy acusada y es sorprendente hallar un efecto tan fuerte a nivel celular. 

El estudio de la Universidad de Milán es concluyente: tomar una copa de vino al día o una bebida social no es malo; pero tomar en exceso diariamente o lo que es peor, emborracharse los fines de semana, es un buen pasaporte para la vejez prematura y el cáncer.