Pues bien, la Emperatriz Tsehu-hi, ha legalizado la importación y el consumo del opio en la China y su sucesor al trono ha decidido que se cultive la adormidera en el suroeste del país y pone en marcha programas de información publica abriendo centros de desintoxicación para quienes deseen acabar con su habito. ¿Resultado? Catástrofe para la compañía inglesa Eeast India Co. que tiene la exclusividad del comercio del opio y contrariamente a lo esperado se presenta un consumo moderado del mismo que en cifras equivale a que los “usuarios regulares” sean el 0.5 por ciento de la poblacion china, un porcentaje casi 20 veces inferior al número de consumidores habituales de Valium o Ativan en los países occidentales .
Seguramente la Emperatriz Tseu-hi repasó la historia y recordó que cuando el primer emperador manchú, en su país, Chima, ordenó estrangular a contrabandistas y dueños de fumaderos de opio, la cantidad que llegaba de contrabando al país era de tonelada y media aproximadamente; noventa años después de la prohibición el contrabando ascienda a 750 toneladas y dos décadas más tarde supera las dos mil toneladas, cifra inimaginable para quien cien años antes había prohibido el consumo del opio. Los traficantes se habían encargado de promover y extender en todas las capas de la población su consumo del producto de la adormidera. Al convertirse en una actividad ilícita, el obtener el opio se debía pagar cantidades exorbitantes de dinero.
Que no se crea que estamos dando una primicia sobre la legalización de las “drogas”. La maravillosa Emperatriz Tsehu-hi legalizó el opio en 1880. La legalización desencadenó una guerra política contra la emperatriz por parte de los ingleses que tenían el monopolio del comercio del opio a través de la Compañía East india Co. Antes del episodio de la legalización, y sin competidores, los ingleses habían declarado que el comercio del opio era “una importante fuente de ingresos para su país”. Una vez legalizado el consumo por la Emperatriz Tseu-hi y perdidos los pingues ingresos, manifestaron que el tráfico del opio a gran escala era ”una empresa moralmente injustificable”. Ya los ingleses no tenían la “importante fuente de ingresos”.
A la llegada de los conquistadores se encontraron con una rara planta, que envuelta por los aborígenes, se fumaba. “Solo Satanás puede conferir al hombre la facultad de expulsar humo por la boca”, dice la iglesia y el Rey. Una vez el uso del tabaco se extiende por toda Europa y se le grava con impuestos, gobiernos e iglesia Católica deciden que no es tan malo y que es permitido fumar.
El problema de las drogas ilícitas es un problema de salud pública. Lo comprobó la Emperatriz Tseu-hi hace 130 años.
Fuente: Bibliografía proporcionada por el Dr. Yezid Arciniegas, Patólogo.
La “droga”, como vulgarmente se llama a las sustancias psicoactivas, sean estas de origen vegetal o no, tales como las derivadas de la hoja de coca, de la planta adormidera usada para obtener el opio o la misma marihuana, han llevado al mundo a una de las épocas más violentas y degradantes de la historia moderna, al ser combatidas en una estrategia denominada la “guerra contra las drogas”.
Credito
PABLO ISAZA
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