Un estudio realizado hace unos años cobra nuevamente actualidad cuando se relaciona el infarto con un jefe desconsiderado. Es más probable tener un infarto si el jefe tiene las características de autoritario y déspota con sus subalternos. Si alguna vez ha sufrido dolores en el pecho en cuándo se relaciona con el jefe esto no será una sorpresa. Un estudio sueco ha relacionado positivamente a los malos jefes con el riesgo de enfermedad cardiaca coronaria, que puede llevar a ataques cardiacos mortales. Cuanto más respetaba el empleado a su jefe, menos probabilidades había de que sufriera infarto. Una investigación relaciona el hecho de tener un supervisor o un jefe desconsiderado con un mayor riesgo de ataque cardíaco, y eso no es todo: las personas a las que no les gustan sus gerentes también toman más licencias por enfermedad. Los estudios fueron realizados inicialmente a hombres.
La investigación sugiere que lo que sucede en el trabajo no se queda en el trabajo, según la Dra. Anna Nyberg, del Instituto Karolinska de Suecia y autora de una tesis basada en los resultados de encuestas. La Dra. Nyberg examinó los resultados de varios estudios examinando las encuestas realizadas a 20 mil empleados en Suecia, Finlandia, Alemania, Polonia e Italia. Descubrió que los trabajadores varones de Estocolmo, Suecia, tenían un 25% más de riesgo de sufrir un ataque cardíaco en los diez años posteriores a la encuesta si hubieran dicho que sus jefes eran menos que satisfactorios. Las tasas de infarto subían cuanto más tiempo tenían que sufrir los empleados con jefes déspotas. Además, los trabajadores que se quejaban de sus jefes se tomaban más licencias de enfermedad. “La cantidad de días de baja por enfermedad se relacionó con la forma en que actuaron los jefes, independientemente del estado general de salud de los empleados. Esto indica que los empleados pueden tomar licencia por enfermedad como un medio para hacer frente al estrés debido al liderazgo destructivo en el trabajo y tal vez para evitar que su salud se vea afectada”.
El Dr. Redford Williams, director del Centro de Investigación de Medicina del Comportamiento de la Universidad de Duke en Durham, EE. UU., dice que el estrés en el trabajo, como el causado por un jefe con pocas habilidades de liderazgo y comportamiento déspota, “despierta la respuesta del organismo, causando cambios en las hormonas del estrés aumentando la presión arterial, las citocinas inflamatorias, los niveles de glucosa en sangre, e incluso hace que las plaquetas sean más pegajosas y más propensas a coagularse. Con el tiempo, esto puede aumentar las obstrucciones en las arterias y conducir a ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares. El estrés laboral es malo para el corazón, porque hace que su cuerpo esté en un estado de alta excitación todo el tiempo. Hay muchos cambios fisiológicos que van con este estado elevado: aumento de la presión arterial, aumento de la adrenalina y quizá moléculas inflamatorias que se elevan con el estrés crónico”.
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