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Después de dos años bastante difíciles para la mayoría del pueblo colombiano, en la que millones de familias sufrieron al perder a los suyos, sus trabajos o sus empresas, es justo que podamos tener unos días de descanso y disfrutar con los nuestros, pero no podemos perder de vista la responsabilidad histórica que ha llegado a nosotros en este año. Tendremos que decidir, en pocas semanas, si seguimos por el camino de un continuismo autoritario, si tomamos el rumbo de un populismo lleno de falsas y peligrosas promesas, o si estamos dispuestos a construir un camino de justicia social, paz y progreso de manera responsable y democrática con la alternativa ciudadana que representa el Nuevo Liberalismo.
El país requiere un cambio de rumbo hacia un puerto seguro y por ello no descansamos y seguimos trabajando, decididamente, en las reformas políticas, sociales, económicas y ambientales que necesitamos para que, en el próximo diciembre, realmente tengamos esperanza y no la frustración de llegar a final de año llenos de incertidumbre y con la sensación de que las cosas no mejoran y que, para millones de colombianos, empeoran.
El desempleo, la corrupción, la inseguridad y la degradación ambiental, entre otras, no dan espera, por ello estamos trabajando en buscar las alternativas para superarlos e invitamos a todo el pueblo colombiano a que trabaje de la mano con nosotros para construirlas. Necesitamos que la productividad empresarial y el empleo digno sean una realidad, que los corruptos no sigan destruyendo las esperanzas de los ciudadanos, que los violentos y los delincuentes no sigan viviendo a sus anchas y que nuestros ecosistemas sean protegidos realmente. Esta es la hora de trabajar y estamos haciéndolo para que la paz y la justicia social sean una realidad que podamos empezar a construir juntos a partir del 13 de marzo con las elecciones al Congreso y que refrendemos en las elecciones presidenciales. Vamos a construir un camino de esperanza y no le vamos a entregar el país a los que quieren eternizar su autoritarismo ni a quienes solo quieren imponerse con discursos populistas. Feliz año para todos y Dios bendiga al pueblo colombiano. ¡Llegó nuestro año!
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