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Eduardo Galeano en su libro “A sol y sombra”, nos cuenta la historia del dos veces campeón con la selección Brasil, Mané Garrincha, quien de niño empezó a jugar fútbol y “los médicos le hicieron la cruz, diagnosticaron que nunca llegaría a ser deportista, este anormal, este pobre resto del hambre y la poliomielitis, burro y cojo “. Años después con la camiseta verde y amarilla ganaría dos mundiales.
Este domingo se nos acaba el mundial y a uno de los jugadores estrella, Lionel Andrés Messi Cuccitini, sufrió a sus trece años la enfermedad de “Deficiencia de la hormona del crecimiento”. Como el niño no crecía, los médicos le indicaron que debía hacer un largo tratamiento y costoso para seguir la carrera. Su padre intentó conseguir ayuda, pero ningún club argentino se atrevió a invertir en “la pulga”. Gracias al Barcelona que incluyó el tratamiento en su contrato de trabajo, Messi puede llegar a ser campeón este domingo.
Mané Garrincha se dejó consumir del alcoholismo y el tabaco, tuvo una vida dilapidada hasta morir en las calles en Rio de Janeiro, con el recuerdo de catorce hijos reconocidos y muchas amantes, su lápida dice lacónicamente: “Aquí yace en paz la que fue la alegría du Povo”. El poeta Jorge Ladino Gaitán en su reciente libro “Lily Parra y otros poemas de fútbol”, se pregunta nostálgico: “Dónde extraviaste tu aureola? /¿En una Copa Mundial o en el anden del mendigo que eligió morir a los 49 años?.
Lionel Andrés Messi en cambio todavía recibe los resplandores de millones de cámaras, los periodistas lo persiguen por todas partes, las mujeres intentan abrazarlo y el recuerdo de Antonella, su novia de nueve años aparece en los versos de Ladino Gaitán: “Estas aquí, Antonella. En este abrazo se juntan Thiago, Mateo y Ciro:/ Soy padre y esposo, no importa si gano o pierdo una final, / si soy o no el mejor del mundo. / Hay partidos de la vida que no se juegan en los estadios y la alegría es un mate compartido/ mientras tus ojos conversan con los míos. /
Aunque su rival sea Francia, a Messi parece no interesarle un título más. ha ganado todos los premios y reconocimientos del futbol, excepto el título de Campeón Mundial y muchos de sus paisanos y críticos parecen no perdonárselo. Le gritan ¡incapaz!, pero Lionel hace caso omiso hastiado de tanto reconocimiento y va a jugar como siempre, pues ha dicho que cuando se retire: “solo quiero que se le recuerde por ser un buen tipo”, nada más.
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