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Son 50 años en los que la ciudad ha vivido cambios permanentes. El crecimiento poblacional, la migración desde los municipios, los nuevos asentamientos humanos, la proliferación de nuevos conjuntos residenciales y barrios, y más recientemente el desmedido crecimiento del parque automotor generan una enorme presión en todas las vías y servicios de nuestra antigua villa.
Por ello resulta apremiante fortalecer y garantizar los servicios públicos, especialmente en la reposición de aproximadamente 650 kilómetros de alcantarillado, lo que redunda en una mejor calidad de vida y nos permite avanzar para continuar en otros proyectos estratégicos de desarrollo.
Es imprescindible entonces que antes de concluir el actual período presidencial el proceso de renovación del sistema quede incluido en un documento Conpes y que pueda comenzar a ejecutarse desde 2023.
La situación actual merece toda la atención y dedicación posibles. Las comunas 9, 10, 11 y 12 requieren intervención mayor a 8 mil metros cada una. Las comunas 6 y 8 urgen cambios en 14 mil metros. El caso más delicado es El Salado, comuna 7, donde se estima que habrá de cambiarse más de 18 mil metros de tubería. Es decir que los sectores más populares y de mayor expansión son los más afectados por esta problemática.
Precisamente este martes, en compañía de la gerente del Ibal, Érika Palma, nos reunimos con la ministra de Vivienda, Susana Correa y el viceministro de Aguas, José Luis Acero, para solicitarles que el Conpes de Saneamiento Básico sea incluido en el Plan Nacional de Manejo de Aguas Residuales (PMAR) con el fin de garantizar los recursos para esta megaobra en un lapso de 10 años.
El proyecto tiene un costo de 1,3 billones de pesos y contempla: Reposición total de la red de alcantarillado, la construcción de nuevos colectores, nuevos interceptores y plantas de tratamiento de aguas residuales.
Con esta iniciativa, el 100 % de las redes de alcantarillado de la ciudad quedarán en perfectas condiciones y, por ende, los habitantes podrán estar más tranquilos en sus viviendas, los proyectos de obras y urbanísticos tendrán mayor demanda, se mejorará enormemente la movilidad en todos los ejes viales de nuestra capital y seríamos más competitivos en infraestructura y servicios públicos.
También este proceso apunta a descontaminar y recuperar todas las cuencas y microcuencas de la capital, ya que actualmente se está tratando solamente el 10 %. El resto de las aguas residuales del municipio se siguen vertiendo en los afluentes, lo que genera problemas ambientales insostenibles en el largo plazo.
No obstante, el compromiso del Gobierno Nacional es que en julio de este año el PMAR quede incluido en el Conpes y sean garantizados los recursos para ejecutar esta obra que se convertiría en la más importante en la historia de la ciudad.
Invito a todos los ibaguereños a unirse a este megaproyecto histórico que transformará la capital tolimense. Si logramos sacar adelante este proceso daríamos un enorme paso en sostenibilidad y medio ambiente.
Adicionalmente, con el Conpes del Sistema Estratégico de Transporte (Setp), podremos asegurar una transición cuantitativa y cualitativa en términos de crecimiento, urbanismo, empleo y competitividad.
¡En Ibagué, vamos adelante!
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