Desde el 13 de enero, la Alcaldía Municipal, autorizó parqueos temporales sobre la carrera Quinta, entre calles 23 y 44. Quedó claro, que no se puede estacionar hasta no adoptar las medidas pertinentes. Que se podrá parquear máximo 30 minutos. Que las señales tienen que ser claras y visibles. Que el usufructo es para compradores y clientes de locales comerciales situados sobre la misma vía.  

Es justo adoptar medidas que faciliten gestiones cotidianas a quien anda motorizado pero, la ciudadanía de a pie le encantaría saber, cuándo entran en vigencias las bahías, porque no terminó el Alcalde de comunicar la iniciativa cuando, sin dejar paso para peatones, ya había parqueo salvaje por toda la Quinta. ¿Habrá demarcación para vehículos de discapacitados? Ni más faltaba que no. Sin embargo, la autoridad tiene que hacer respetar esos espacios porque, hasta el momento, allí cualquiera parquea. Además, en ocasiones, taponan las rampas que favorecen la movilización de personas en estas condiciones.

Como vivimos la era de la globalización, los treinta minutos deben ser pagados, igual que en otras ciudades del mundo. Una mínima contribución no le hace mal a nadie. A quien no le guste, que venda el carro o lo deje en casa. Para control de tiempo y cobro, supongo que instalarán parquímetros. Si no fuese así, ese trabajo lo podrían desempeñar madres cabeza de familia. Pero, eso sí, lo último que quisieran los ibaguereños es que la administración de las bahías, quede en manos de políticos, como corre el rumor por ahí. Otra cosa. Se necesita seguridad, no sea que cuando llegue el propietario no encuentre ni los rines. 

Si el carro sobrepasa los 30 minutos, se vuelve vehículo abandonado en vía pública, entonces, que se lo lleven a los patios. Claro, si el conductor aparece antes que el automotor sea subido a la grúa, solamente se aplica el comparendo. Pero, si la grúa ya está en movimiento con el vehículo encima, a pagar sanción pertinente, costo de grúa y parqueadero. Además, a buscar en los patios los pedazos de carro que aun queden. Castigo ejemplar para quien se pasa las leyes por la faja.

Como “la Administración Municipal debe velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular”, ésta es una excelente normativa. Imagino que, inicialmente, tendrán planeadas campañas pedagógicas. Pero después, autoridad y mano dura es lo necesita esta Ciudad tan desordenada, bulliciosa y con ciudadanos tan indisciplinados y anarquistas. Y, como dizque vamos a posicionarla como “Ciudad Amable”, tendremos que darnos la pela, comportándonos a la altura. Porque sólo de esta manera, lograremos una ciudad que facilite la vida diaria a sus ciudadanos, visitantes y turistas.