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Hacer una invitación a la conciencia ambiental y cultura ciudadana, de dar un buen ejemplo, un poco de amor y respeto para Ibagué evitando que latas de cerveza, agua o gaseosa, empaques de comestibles, residuos alimenticios y plásticos fueran arrojadas al piso y las calles.
Entonces decidimos empezar a hablar con familiares, conocidos, compañeros y vecinos del porqué no pedir que quienes fueran al Desfile Nacional del Folclor y a otros eventos públicos llevaran una bolsita para la basura dentro de sus pertenencias y bolsillos y en ella depositar los sobrantes, para llevarlos a la casa de vuelta o simplemente dejarlos en las canecas públicas, incluso sobre los andenes de vías principales para que fueran de más fácil acceso para los carros recolectores de las empresas de aseo.
Por WhatsApp, redes sociales, comentando de voz a voz fuimos transmitiendo la idea, que para sorpresa empezó a ser replicada y aceptada, a la cual muchas personas mostraron interés de vincularse. Fue así como amigos de los medios de comunicación, empresarios, comerciantes y líderes gremiales fueron sumándose, colocando en sus estados y perfiles una imagen que sobre este llamado alguien creó espontáneamente y me hizo llegar, incluso con un pequeño detalle: le faltaba una “a” de conexión entre vas a ver. “Si el desfile vas ver, no olvides tu basura recoger…lleva tu bolsa”, decía.
Pero con todo y error, lo importante fue como se fue difundiendo de manera orgánica –como dice tanto experto en redes y contenidos digitales que hay hoy- y el tema empezó a comentarse y a hacerse un llamado público con muchas voces distintas, con el propósito de llevar ese elemento para no arrojar basura a las calles.
Por supuesto, no se puede decir que los miles de asistentes ayer al Desfile Nacional del Folclor tuvieron tal comportamiento responsable y ese gesto de grandeza para con la ciudad al no ensuciarla o que Ibagué amaneció limpia y sin basura en los lugares donde hubo espectáculos públicos, eso no es cierto; pero lo bonito fue que se inició algo, se dejó en cientos una semilla de reflexión frente a un comportamiento elemental que debe tenerse de no convertir espacios públicos en basureros y de hacerse responsable de los propios sobrantes de lo que se lleva o consuma allí.
Es más, al cierre de esta columna, que fue mucho antes de que terminará el bello espectáculo colorido y musical del Desfile Nacional del Folclor, que bajó desde La Pola hasta la calle 42 con carrera Quinta, recibí muchos mensajes de conocidos -y de conocidos de los conocidos- que enviaron sus fotos llevando o empacando en bolsillos la bolsita para recoger la basura, incluso de madrugadores que cogieron puesto sobre la carrera Quinta y tenían su bolsita dispuesta a un ladito.
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