Hace apenas tres años Javier Milei, era un argentino común y corriente. Un profesor universitario, un extravagante show man, panelista de economía en los medios de comunicación en esa nación suramericana.
Todos en Colombia estamos de acuerdo en que se requiere desactivar lo que se conoce como la bomba pensional, donde por "derecho a igualdad", inventado y defendido a raja tabla por los magistrados que se benefician de ella, se subsidian los pensiones más altas igual que las bajas.
El país de la opinión viene desde hace unos meses entrando en una desgastante e insulsa discusión sobre lo que ahora el Gobierno Petro llama la Paz Total, que Santos llamó Acuerdo de Paz en Colombia, Duque Paz con legalidad, Uribe la Seguridad Democrática y hasta Pastrana zona de distensión del Caguán para la paz.
Como hay tantas versiones, recortes, exageraciones, hiperbilizaciones, interpretaciones y demás de lo que dijo y pidió en esencia el Papa Francisco sobre qué comer o no comer en esta Semana Santa, que inició ayer Domingo de Ramos para los católicos del mundo, lo importante es entender en esencia su mensaje.
Creo entender que la “lógica” en el negocio de las drogas ilícitas está en cada día crearlas de más rápida y fuerte de adicción, menos inversión y distribución masiva o fácil acceso. Pues bien, eso es lo que parece suceder con el mortal Fentanilo.
Pareciera que en Colombia estuviéramos entrando en una especie de bucle con aquello de las disidencias. Ahora todo grupo ilegal, guerrillero, mafioso o de bandidos, que para efectos prácticos viene a ser lo mismo, porque viven de ser carteles del narcotráfico o de las economías ilegales con el cual el Estado negocia o lleva acuerdos, tiene una disidencia como puerta trasera o plan B.
Mad Max: furia en el camino; La lluvia; Chinatown; Rango y Erin Brockovich son películas cuyos guiones encierran muy bien la cruda e irrefutable realidad que hoy nos lleva en Ibagué a comenzar un racionamiento generalizado de agua. Que tiene fecha de inicio, pero no de final.
El sector bancario es cosa seria, casi de no creer. Claro, aprovecha el despelote, la falta de gestión informativa del Estado, de rigor y prontitud procedimental de este último para "jugar" con la platica pública, que debería ser sagrada.