Una propuesta elegante

La sorpresiva propuesta de Juan Manuel Santos de ampliar a seis años el periodo del presidente, gobernadores, alcaldes e incluso el de miembros de corporaciones públicas, sin lugar a dudas puso a mover la cosa política en Colombia

A pesar de que pocos días después de lanzarla le pusiera la reversa por considerarla inconveniente para el momento actual del país, en lo personal creo que podría ser un acierto contundente del primer mandatario si se le mide a impulsar una reforma constitucional de este calibre.

La primera razón radica en la necesidad de todo gobierno de tener el tiempo suficiente para planificar su desarrollo, pero, además, ejecutar ese plan en forma adecuada; aunque actualmente un periodo de cuatro años no es que sea demasiado corto, creo que sí resulta insuficiente a la hora de implementar procesos de desarrollo serios y ambiciosos; lo anterior teniendo en cuenta que un buen tiempo del primer año se consume en la planificación y el engranaje de los equipos de trabajo, que a este se suman los traumatismos causados por la ley de garantías vigente en dos ocasiones durante cada periodo de gobierno, y se le adiciona el extratiempo del que hoy en día se requiere para traer los recursos del nivel nacional, que cada día es mas difícil gracias a las reformas centralistas como, por ejemplo, el nuevo sistema general de regalías.

Otra bondad que le encuentro es el ahorro en términos de organización electoral; en valores aproximados cada elección regional (gobernadores, alcaldes, concejos y asambleas) cuesta al país casi 300 mil millones de pesos, la del Congreso unos 140 mil millones y la del presidente unos 100 mil millones, aunque en caso de segunda vuelta este valor casi se duplica; en total serían unos 630 mil millones, que con la reforma ya solo se invertirían cada seis años, lo que representa un gran ahorro para el país. 

También me gusta la idea de que se elimine la reelección para el presidente y siga sin permitirse para gobernadores y alcaldes: definitivamente el tener las riendas de un gobierno por mucho tiempo desencadena efectos peligrosos sobre el equilibrio de poderes, lo que sin duda pone en riesgo la garantía de los derechos de los ciudadanos. Algo así como lo que está pasando actualmente en Venezuela, en donde la oposición y todo quien se atreva a pensar diferente es blanco de ataques de todas las ramas del poder público. 

Por último, para que la reforma sea elegante creo que debe incluir dos factores esenciales, el primero que no entre en vigencia para los actuales gobiernos porque sería cambiar las reglas de juego a mitad del camino, y el segundo que para prevenir muchos años de tortura en departamentos y municipios que por cosas del destino elijan un mal gobernante, se promocione y facilite mucho más el proceso de revocatoria del mandato a través de la reducción en el número de firmas para convocarlo e igualmente en el número de votos requeridos, esto teniendo en cuenta que a la fecha no ha prosperado una sola de las más de 70 revocatorias del mandato que se han convocado en los municipios de Colombia.

Credito
CÉSAR PICÓN

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