PUBLICIDAD
Esta es una idea de muy escasa aceptación en los mentideros políticos, en los cuales pareciera que la incondicionalidad fuera ínsita al compromiso, pero es la idea que debiera guiar los pasos de quien ha asumido como propio tal ideal y quisiera verlo salir airoso.
Lo anterior viene a cuento a raíz de las aprobaciones que les mereció a muchos seguidores de Petro la actitud de este en el televisado Consejo de Ministros, con posterioridad al cual algunos integrantes del gabinete renunciaron a sus cargos en protesta por el respaldo presidencial a Laura Sarabia y Armando Benedetti, otros también protestaron, pero sin renunciar, y los demás resolvieron pasar de agache, al menos públicamente.
No estar de acuerdo con el hecho mencionado y manifestarlo con franqueza da una idea de lo responsables y valiosos que son los renunciantes, a quienes no importó que la consecuencia que sobreviniera a su comportamiento fuera la pérdida de una dignidad que muchos quisieran registrar en sus hojas de vida, como esta de haber sido ministro.
En este sentido, digna de resaltar fue la actitud de Susana Muhamad al manifestar su inconformidad con las designaciones mencionadas, especialmente la de Benedetti, pero también al señalar su irrevocable decisión de continuar respaldando el proceso progresista por el que tanto ha luchado y al que dijo no renunciar, como tampoco a su cargo de ministra, aunque lo entregaría si tal fuera la voluntad del presidente. Finalmente, las circunstancias dieron para tener que hacerlo.
Pese a esta renuncia, lo ideal sería que Muhamad continuara haciendo parte del proyecto de cambios que está en curso, como lo sería también la continuidad de los demás funcionarios salientes. Al fin de cuentas, el proyecto encarna unos objetivos de conveniencia social que no se limitan a lo que puede alcanzarse en un solo mandato y cuya concreción demanda una experiencia de la que ya ellos son portadores, y que podrían seguir aportando como evidencia de lo sincera y honesta que ha sido la actitud que han tenido dentro del proceso.
Es indudable que el proyecto político de cambios progresistas del gobierno ha salido lesionado de este impasse, pero cuenta con algo más de un año para recuperarse y recobrar la confianza que haya perdido. Las primeras herramientas que debe utilizar para lograrlo son las de la crítica, la autocrítica y el propósito de la enmienda, pero asumidas con franqueza y alta participación, lo cual puede servir para elevar el entusiasmo de los seguidores con miras al congreso fundacional del partido Pacto Histórico, próximo a realizarse.
Comentarios