Y digo buenas noticias no por los guarismo presentados en incremento de número de visitantes de la feria más importante del sector en el país, donde se reúnen quienes hacen que la industria exista y jalone progreso: los empresarios, el sector privado, prestadores y operadores del servicio turístico.
Lo digo porque más allá del incremento en número de visitantes, de países participantes, de número de expositores, lo realmente transcendental es el número de compradores nacionales e internacionales de productos turísticos empaquetados y listos para ser ofrecidos a quienes están pensando en descasar, conocer, recorrer, probar, sentir nuevas experiencias o deleitarse con las maravillas que ofrece nuestro país para ello.
Queda en claro que el turismo como renglón del sector económico nacional se convierte en un jalonador de indicadores en positivo, en cuanto a generación de empleo, ingresos, distribución de riqueza y oportunidades de bienestar para muchas familias.
Por fin, comienza a entenderse que es hacia allí donde deben estar enfocados esfuerzos públicos y privados, presupuestos, planes, programas y proyectos del orden nacional de manera articulada y primordial.
Esa es realmente la buena noticia, que cada día más personas se interesan en el tema y en conocer su dinámica de mercado en el país y sus distintas regiones incluida la nuestra.
Con políticas regionales articuladas, planes de turismo en plena estructuración, espacios de concertación y discusión entre lo público, lo privado y la academia, el camino comienza a abonarse para delinear las apuestas del sector para los próximos cinco o 10 años.
Ese ejercicio merece no solamente saber a quien se quiere atraer, si no por sobretodo acondicionar mínimamente el territorio para esa llegada, es decir, infraestructura básica, política de turismo y programas de cultura ciudadana o conciencia ciudadana frente a la nueva oportunidad económica que se abre para todos.
De otro lado, permítanme hacer referencia al anuncio del ministro de Transporte, Germán Cardona, frente a la construcción del nuevo aeropuerto de Perales para la ciudad de Ibagué. Me parece muy positivo el anuncio y que por fin se esté concretando esa lucha de años del sector privado, el público y las fuerzas vivías de la ciudad.
Pero ojalá que esos anuncios no sean solo para decir que vamos a embellecer el problema que tenemos, o sea, que vamos a construir una nueva infraestructura, plataforma, pistas y todos lo demás y nos vamos a olvidar de ubicarle las radioayudas de aproximación precisa, los instrumentos que permitirán que los aviones lleguen de forma más segura (y salgan también), no necesitando para ello por lo menos cuatro kilómetros de visibilidad de los pilotos o evitando el “espectáculo” de los funcionarios de la Aerocivil saliendo a mirar con su sombrilla amarilla hacia el horizonte para saber si hay o no visibilidad y condiciones para el aterrizaje.
Buenas noticias una infraestructura moderna, aireada, en concordancia con la naturaleza, pero serían más buenas noticias si se instalan esas radioayudas, para no quedar nuevamente a merced del tiempo para poder salir o llegar en la nueva y moderna terminal.
Que buenas noticias las que ha comunicado el señor ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, al cierre de la versión 2012 de Anato.
Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ - GERSAN-
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