Óptica periodística: Al oído del Presidente Santos

El presidente Juan Manuel Santos con sobradas razones se ha empecinado en transmitir y dar a conocer lo que ha llamado su política de Buen Gobierno para que, entre otras cosas, se le pidan cuentas públicas y se explique en público las actuaciones suyas y de sus coequiperos, así como: ¿en qué quedaron los compromisos?.

El viernes anterior en la instalación de un nuevo periodo en el Congreso el mandatario hizo nuevamente ese llamado y recordó en qué consistía esa filosofía de buen gobierno.

Pues bien, haciéndole caso y por su visita hoy a Ibagué, me acordé de algunos de sus compromisos públicos en el Acuerdo para la Prosperidad número 8 del 2 de octubre de 2010. Varios sin cumplir.


Como diría Camilo González en su columna “al oído del presidente Santos”, estas inquietudes que me han estado recordando muchos tolimenses de lo prometido y poco cumplido y que nada se ha avanzado en concreto, con obras, resultados y hechos.

Creo que hubo un compromiso importante para que la mayoría de municipios del Tolima no tuvieran problema alguno con la alimentación y el transporte escolar de cientos de miles de niños y niñas que lo requieren. ¿Con la llevada de las regalías esa promesa se cumplió o habrá muchos municipios donde no hay alimentación y transporte escolar a hoy?

Otro gran tema de discusión en las reuniones previas y durante dicho consejo fue la liberación de algo así como 150 mil millones de pesos del Plan de Aguas del Tolima, para resolver problemas de acueducto y alcantarillado a cientos de nuestros paisanos.  


Plata que estaba estancada en las fiducias engordando a los poderosos dueños de los bancos ¿se habrán liberado esos recursos luego de dos años y se comenzaron las obras?

El Plan de Consolidación del sur del Tolima, que dio un respiro de tranquilidad y bienestar a los residentes en los municipios de esa área, sería fortalecido con planes y programas de inversión social; no sabemos cuántos son los beneficios y los beneficiados hasta hoy de ese anuncio.

En esa línea de lo social se determinó comenzar de una vez a consolidar el Triángulo del Sur con ese enfoque y con inversiones en proyectos productivos. Creo que hasta ahora poquito de eso ha llegado.


Con todo el enredo que hubo con los tramos del Plan 2.500 en lo que compete a vías del Tolima, se anunció que el gobierno nacional los priorizaría y los terminaría. Ojalá así haya sido ya.


Frente al tema del aeropuerto de Ibagué, seguimos esperando que se inicien las obras que permitan, no embellecerlo, si no 'Operar' la terminal aérea para que la bruma y el mal tiempo no sea una disculpa de las aerolíneas para no viajar. No baños, no pisos, no estaciones, se requiere que tenga las aéreo-ayudas de aproximación precisa para el despegue y aterrizaje de las naves y que mínimo tenga Wi-Fi.


Igualmente, concretar los aportes para el nuevo Centro de Convenciones de Ibagué que ha sido el clamor del sector comercial y turístico desde hace por lo menos tres años, y en dicho acuerdo se quedó de comenzar con lo pertinente.


Y, por su puesto, el que ya se nos convirtió en eterno problema: el suministro de agua para Ibagué, que no se sabe a ciencia cierta qué es lo que pasa, por qué se va el agua si llueve o hace sol o si hay nubarrones en el cielo.


Si la solución es el acueducto alterno, el complementario, una presa, una represa, tanques en varias zonas de la ciudad, cambiar las redes, evitar las fugas, concesionarlo, entregarlo en una alianza público privada o qué carajos. Mientras tanto, a seguir bañándonos a totumadas.


Esos, entre otros temas, esperamos no sigan durmiendo el sueño de los justos. No se trata con ello de causar malestar al Presidente, ni mucho menos; al contrario, el propósito es hacer caso de su llamado para que todos contribuyamos al estilo de Buen Gobierno que él viene impulsando.


Tampoco se trata de ser obsecuentes, ponérsele rodilleras, hablarle pasito y al oído en la mesa, o callar como gremio o asociación porque tenemos un convenio o contrato con alguna entidad o ministerio.


Por el contrario, el Presidente de manera categórica ha venido pidiendo que se hable de eso que no se ha cumplido. Además, es mejor decírselo ahora en la mitad de su mandato y no cuando venga a pedir los votos a los tolimenses para su reelección en un año y medio. Recordárselo entonces sí sería vergonzoso y frustrante para él. 

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ –Gersan-

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