“Según la fuente, Ortega se mostró preocupado por el bajo recaudo en Ibagué, la alta evasión y la informalidad. Así mismo, habría advertido sobre las ‘sospechosas compras de propiedades en la ciudad con dinero en efectivo’, las operaciones de comercializadoras ilegales que estarían vendiendo productos en la zona rural y el cambio de las ventas ambulantes a estacionarias”.

Ese párrafo fue tomado de la edición de este medio del 22 de febrero, en la noticia relacionada con la visita y la reunión que con empresarios y gremios de la ciudad tuvo el director de la Dian, Juan Ricardo Ortega. En el párrafo, hay mucho de información, demasiado por investigar, indagar, preguntar, escrutar, hilar y exigir a nuestros mandatarios regional y local, a las cabezas y juntas de los gremios económicos, a la Policía y la Fiscalía.

Porque con total claridad y contundencia el señor Ortega pone el dedo en la llaga de lo que mucho se ve en la ciudad, desde hace algunos años, y pocos indagan o quieren saber: ¿A qué se debe de manera real ese crecimiento desmesurado de la construcción, de venta de casas y apartamentos por doquier a elevados precios? ¿De negocios con la tierra en las postrimerías?, ¿de nuevas y lujosas superficies comerciales con locales que valen un ojo de la cara? ¿De vehículos cada vez de gama más alta recorriendo nuestras deterioradas y trancadas calles? ¿De almacenes y supermercados de todo tipo, que pese al bajón de las ventas que reportan las mismas agremiaciones, siguen abriendo aquí, allá y acullá locales?

Uyy, uyy, uyy. Puso en la agenda pública el Director un tema que aquí muchos querían evitar, tapar y pasar de agache. Porque sobre el mismo ni foros ni charlas ni convocatorias se ha visto liderar y convocar a cámaras de Comercio, ADT, Andi, la Lonja, Alcalde o Gobernador, sólo por mencionar algunos de quienes deberían hacerlo en su condición de liderazgo; o al menos haberles notado un interés de llamar a liderar una reflexión pública.

¿De dónde podrá venir esa platica en efectivo con la cual se compran apartamentos, casas, locales y tierra? Del Lavado de dineros del contrabando, del narcotráfico, de las Farc, de los paras, las bacrim, del erario público…. Ese es un interrogante abierto que merece ser contestado lo más pronto posible para evitar dos cosas: falsa sensación de prosperidad económica y modernidad con una burbuja inmobiliaria en plena gestación, y descomposición social en todos sus niveles que no tenga reversa y que convierta a la ciudad como un buen vividero, pero de todo tipo de mafias dedicadas a “lavar, planchar, secar y hasta coser” toda clase de dineros mal habidos.

Qué bueno sería comenzar a escuchar a nuestra dirigencia, a propósito de este año electoral. También, a las cabezas y voceros de gremios y asociaciones discutiendo públicamente y llamando a cerrar filas para detener su expansión -claro, si no existen cosas a las que no se puedan referir sobre este particular- y a las autoridades judiciales haciendo lo suyo.

El tema ya se hizo público y las preguntas quedaron planteadas. A ver si alguien de los nuestros se atreve a poner el cascabel al gato.