En ese transcurso entre el principio y el fin debe haber un goce que si bien se supone no es perpetuo por lo menos ha de servir para darle dignidad y sentido a nuestra vida.
O, mejor, lo efÃmero en lo personal debe transferirse a los otros en lo histórico para lograr la perpetuidad. Eso no se lo propone el artista, pero sà es una consecuencia de la existencia del arte. De lo contrario no viviera en nosotros la “Mona Lisaâ€.
Todo lo que nos gratifica pensamos que debe ser conservado. Sin embargo, a la par que el paÃs como entidad es una vergüenza, nada hay en el arte expuesto que estimule la posibilidad de una sensación perdurable. Los bajos instintos, como en la realidad, parecen tener la palabra.
Hay un desperdicio de recursos que se hace visible en la implementación de un significado volátil, superficial, en la medida de la adivinación. No es una lectura franca y directa sino una mirada cargada de subterfugios para llegar al entendimiento y por supuesto al goce. Pocos lo logran. Por lo menos yo no pude penetrar en las obras pues no conseguà descifrar las claves para navegar por los campos de su interpretación.
Lo anterior no quiere decir que otros no puedan percibir la intención del artista o identificar sus carencias personales en la obra. O sus sabidurÃas. Para eso está expuesta la muestra regional y a eso se someten los asistentes a una confrontación artÃstica como esta.
Pero, sobre todo, no hay novedad, en el sentido primario de lo nuevo, sino sensación de lo ya visto, ya desechado, ya puesto en el olvido, porque no hace parte de lo perdurable.
Percibo que algunas obras hacen alegorÃa de la desaparición, de lo que se borra por imposición cultural. En otro lugar ya no será lo mismo. Por lo menos hay un intento por romper la estética de lo estático y del objeto con el movimiento, bien con los medios audiovisuales y digitales o bien con la fragmentación del espacio.
También percibo que subsiste el propósito de fundir la pintura en lo tridimensional, en lo escultórico, pero es un recurso que agotó Beatriz González en sus años dorados de los muebles con historia.
En verdad esta Imagen Regional 7 no me sorprendió. Tal vez usted se sienta identificado y se la goce cuando la visite. Entonces, buena suerte.
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