“A veces tengo la costumbre de vivir. / Sólo a veces. / Hay días en que los parias / se aglutinan en el alba / y ponen a mi cuidado su abandono. / Algunos regresan a la casa de empeño / y dejan su soledad en prenda de garantía. / Los demás permanecen alerta. / El tiempo gota a gota / cobra su cuota de eternidad.”

Este es el poema 'Esa costumbre de vivir', que hace parte del libro Si mañana el tiempo nos aguarda' (2013), de nuestra querida poeta Esperanza Carvajal Gallego. 

Su voz, que es nuestra voz, ha recibido el reconocimiento de ser incluida en la célebre colección Viernes de Poesía, que edita el Departamento de Literatura de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

Sólo cuatro poetas tolimenses han tenido este honor en cerca de 100 títulos publicados durante algo más de 10 años: Luz Mary Giraldo (15), Hernando Guerra Tovar (66), Mery Yolanda Sánchez (85) y Esperanza Carvajal Gallego (96).

Esta colección, que podemos llamar consagratoria, es coordinada por Fabio Jurado Valencia, profesor y crítico de reconocida trayectoria, e incluye para el lanzamiento de cada título una lectura en la sede de la Universidad por parte del poeta seleccionado.

Otra colección trascendental para la divulgación de la poesía colombiana es 'Un libro por centavos', que edita la Universidad Externado de Colombia, se difunde a través de la revista El Malpensante y se obsequia en bibliotecas públicas, casas de cultura, colegios, universidades, cárceles y organizaciones gubernamentales. 

En sus 92 títulos publicados a junio de 2013, aparecen los poetas tolimenses Luz Mary Giraldo (1), William Ospina (28), Luis Fernando Afanador (42), Mery Yolanda Sánchez (55) y Arturo Camacho Ramírez (75).

Por su parte, Esperanza ha publicado los libros 'El perfil de la memoria' (1997), 'Las trampas del instante' (2005), 'Festín entre fantasmas' (2008) y 'Peldaños para escalar la noche' (2010).

La poesía de Esperanza es identificadora de la vida que nos ha tocado vivir, que va de la soledad al abandono, de la angustia al sufrimiento, del dolor a la luz, pero, al mismo tiempo, contiene la voz de la esperanza. No es la derrota de sabernos vivos en medio de injusticias y diferencias abismales. Es la voz que nos permite escuchar en el fondo de nuestro ser ese hálito que nos dice que vale la pena vivir y que vale hasta cuando las palabras se marchen de nosotros y queden vagando en la conciencia de alguien que nos haya escuchado o nos haya leído. Hasta que el mundo nos recuerde.

Merecido reconocimiento para Esperanza Carvajal Gallego, con esta publicación que la confirma como una de las poetas más importantes de la literatura colombiana.