Oreja de Perro fue el escenario de masacres sin control y la imagen del exterminio más atroz perpetrado por el Estado y las guerrillas de Sendero Luminoso contra un pueblo. Es un caserío miserable, en Ayacucho, lleno de fosas clandestinas, y a él debe viajar el periodista, con un fotógrafo también designado por la revista.
El periodista arrastra consigo la muerte de su hijo y la separación de su mujer. Sin embargo, en ese lugar petrificado por el frío, tiene relaciones con otras mujeres, una “chola” y una citadina, que le sirven al lector para descubrir la situación de clases sociales en el país.
Igual sucede con los periodistas que cubren el evento, unos de la sierra (“cholos”) y otros de las ciudades (citadinos), que marcan con sus niveles intelectuales el momento social y político del Perú.
La historia del periodista y la historia del poblado, la primera interior y la segunda externa, son el tema central de la novela Un lugar llamado Oreja de Perro, del escritor peruano Iván Thays.
En esta obra, finalista del Premio Herralde de Novela en España, descubrimos la capacidad literaria del autor, reconocida y elogiada por autores como Mario Vargas Llosa, y el manejo impecable del lenguaje, la destreza en la conducción de la historia y el control de los diferentes niveles que usa para el desarrollo de la obra.
Las dos historias, la personal y la del país, se imbrican con sutileza, como sucede en las obras literarias más contemporáneas, pero no trascienden la tristeza, la nostalgia que, como una atmósfera opresiva, alienta las novelas de algunos autores peruanos, como Manuel Scorza o Marcos Yauri Montero, por ejemplo. El dolor y la tristeza copan el ambiente de los personajes.
Esta novela es una manera de novelar un episodio tan desgraciado en la historia del país o, mejor, una efectiva posibilidad de rescatar del olvido esa conducta vergonzosa que ha sido común en América Latina.
También nos muestra por qué la literatura es la posibilidad de dar testimonio de nuestro transcurrir, marcado por la ambición del poder y la obsesión por construir un futuro más digno.
La necesidad de conocer esa realidad que se esconde detrás de los muertos.
Descubrir la verdad.
La literatura ayuda a entender la vida porque se teje desde el laberinto de lo humano. Y ayuda leer Un lugar llamado Oreja de Perro, porque es muy buena novela.
Un periodista debe viajar a Oreja de Perro, un poblado que fuera destruido por la violencia política de los años 80 en el Perú y en donde el presidente Alejandro Toledo decide empezar su programa de asistencia social y dar vida a la Comisión de la Verdad que impulsa su gobierno.
Credito
BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ
Comentarios