Pocas exposiciones suelen conmover de entrada el ambiente artístico de la ciudad como ‘Imagen Regional 8’, abierta la semana pasada en Ibagué con el patrocinio del Banco de la República.
Este tipo de certámenes, que convoca el Área de Artes Plásticas del Banco en el país, busca estimular y divulgar a los artistas que desarrollan su trabajo en cada una de las regiones en que los organizadores han dividido el territorio nacional.
Su convocatoria y selección obedece al criterio de las “curadurías”, por el que se han regido certámenes similares en el país, como los Salones Nacionales de Artistas.
La crítica que han recibido estos procedimientos radica en que es el curador quien defiende el criterio mediante el cual ha sido seleccionado para efectuar esta labor y no los artistas quienes defiendan con su participación una obra realizada. Así, pues, quedan excluidas propuestas que no encajan en el proyecto curatorial.
Pero, independientemente de estas consideraciones, mirada la muestra en su conjunto, puede decirse que es una exposición que reúne un buen número de obras representativas del estado del arte regional. Hay pintura, fotografía, instalación, performance, video, y pareciera faltar poco para tener un ejemplo, así sea sucinto, del ejercicio contemporáneo del arte.
Son quince artistas, ocho del Tolima y 7 del Huila, centrados en las ciudades de Ibagué, Neiva y Honda, algunos de otros lados pero residentes en la región. Un nicaragüense, dos bogotanos, un caucano...
El espacio no me da para mencionarlos a todos aunque intentaré hacer, a manera de ejemplo, algunos avances.
Unos artistas se basan en su contorno histórico para hacer referencia por un lado al pasado y por otro al presente, como el caso de los artistas Segundo Salamanca y Néstor Emilio Maragua, en relación con la cultura de San Agustín.
También Ruth Stella Forero contrasta el pasado con el presente en su pintura y fotografía del Puente San Francisco, en Honda.
Graciela Romero muestra una instalación que representa un giro para su desarrollo personal, porque en esta obra retorna a la coherencia de la imagen, además con una carga de realidad histórica que impresiona. La suma de sus cajones nos transmite la angustia del sometimiento a esta realidad que vivimos.
Igual nos la trasmite ‘Paisaje con soldados’, de Jairo Andrés Vergara, por la despersonalización y la identidad extraviada frente a una realidad intervenida, con la violencia latente en su interior.
La abstracción la representan Moisés Morales y Jorge Delgado, aunque las fotografías de este último poco remitan al objeto real de donde surgen.
Esta es una exposición que ojalá sea muy visitada por los ibaguereños.
Sorpresas las hay, claro, pero esas las dejo al entusiasmo de los visitantes, quienes sabrán enfrentarse con avidez a cada una de las obras.
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