Nelson Romero Guzmán y Carlos Arturo Romero son dos de los personajes tolimenses que este periódico ha destacado dentro del desarrollo de la vida de la región en el año que termina.
Me parece importante que se hayan destacado por encima del insoportable predominio de los políticos y los delincuentes estos representantes de la cultura, un escritor y un caricaturista, que han llevado el nombre de nuestra región más allá de las fronteras y han puesto en alto la creatividad y el arte tolimenses.
Nelson Romero Guzmán obtuvo el Premio Casa de las Américas de Cuba en enero 2015 con su libro ‘Bajo el brillo de la luna’ y, recientemente, el Premio Nacional de Poesía 2015 con su libro ‘Música lenta’, que otorga el Ministerio de Cultura.
Por su parte Carlos Romero, caricaturista de este medio, durante 2015 obtuvo tres reconocimientos, los más altos que se otorgan al periodismo nacional: el Premio Simón Bolívar, el Premio CPB y el premio otorgado por la revista Semana.
Contrasta la actitud de EL NUEVO DÍA con las respuestas que le dieron a la más reciente edición de la Revista Semana varios personajes de la vida nacional al ser interrogados por la lectura que los marcó para su vida.
En primer término en la introducción se comete una ligereza. Transcribo el texto: “El paso avasallante del mundo digital no ha logrado obligar a los escritores a dejar de poner sus pensamientos en una hoja, a los editores a dejar de imprimirlos y a los lectores a dejar de amar este objeto, al parecer inmortal, que es el libro.”
Primero, el escritor es libre de elegir el medio en el cual escribe. Segundo, el libro es libro así tenga formato papel o digital o audiovisual. Y, tercero, por si no lo sabían, los editores están produciendo sus libros en ambos formatos para beneficio de los lectores y su economía.
Al escritor no lo obligan a usar papel o formato digital, computadora, máquina o manuscrito, lápiz o bolígrafo, porque son sólo herramientas para el desarrollo de su inteligencia y su creatividad. El formato final para el lector es problema del editor.
Pues bien. De los 25 entrevistados, sólo cuatro son escritores de literatura y uno artista plástico. Los demás, políticos o empresarios que, ni por asomo, leyeron un libro de autor colombiano, porque las obras de los colombianos no son influyentes para tan altísimos personajes.
Y, de paso, los escritores seleccionados al parecer tampoco han leído nuestros autores, reconocidos o no, porque el arribismo intelectual no les permite ser inferiores mencionando escritores que son nuestros frente a la importancia de codearse, así sea en el papel, con tantos genios de la literatura universal.
Feliz Año Nuevo para todos.
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