La precaria situación del sistema de salud en Colombia continúa generando preocupación, con múltiples denuncias de pacientes que no reciben los medicamentos esenciales para sus tratamientos. Un caso alarmante es el de Lina María Méndez, una paciente doblemente trasplantada que se enfrenta a la angustiante posibilidad de perder sus órganos debido a la escasez de medicamentos vitales.

Lina María, de 37 años, ha luchado contra la diabetes durante 24 años y ha dependido de diálisis durante siete. Hace apenas tres meses, recibió un doble trasplante de páncreas y riñón en una misma cirugía, un logro que hoy se ve amenazado por la falta de acceso a la medicación necesaria. Con solo un día más de tratamiento disponible, Lina María, quien debe tomar múltiples pastillas a diario, expresa su desesperación.

“Ha sido un proceso bastante difícil como para, en este momento, estar en riesgo de poderlo perder o tener que volver a hospitalizarme porque al no haber el medicamento la única solución es volver a la clínica para que allá me puedan dar el tratamiento”, mencionó.

Su madre, Ana Lucía González, comparte la frustración ante la inacción de su EPS, a pesar de sus reiteradas solicitudes. “Esto es una cosa que tenemos que utilizarla ya, no es que de espera”, enfatiza.

El caso de Lina María no es aislado. Según informes, aproximadamente 8.300 personas con trasplantes en Colombia están bajo seguimiento, y cerca del 70% denuncia no recibir los medicamentos prescritos, lo que pone en grave riesgo tanto el éxito del procedimiento como la vida de los pacientes.

Paola García, presidenta de la Asociación de Pacientes Trasplantados, advierte sobre el peligro inminente: “Los pacientes trasplantados de órganos tienen mayor riesgo de tener rechazo del injerto en los primeros seis meses de trasplante, igual toda la vida, pero es crucial los primeros seis meses de trasplante”. 

La experta también señala que esta problemática se extiende a pacientes oncológicos y con enfermedades crónicas, evidenciando una crisis generalizada en el acceso a medicamentos en el país.

Esta situación exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades competentes para garantizar el suministro continuo de medicamentos y proteger la salud y la vida de miles de pacientes en Colombia. La falta de acción no sólo compromete los avances médicos logrados, sino que también genera una profunda angustia e incertidumbre en quienes dependen de estos tratamientos para sobrevivir.