Colombia socialmente competente

Alfredo Sarmiento Narváez

Una de las primeras tareas de un gobierno nacional, departamental y municipal es la formulación de un Plan de Desarrollo para cuatro años de vigencia, periodo de tiempo que no permite visionar un horizonte realmente sustantivo, toda vez que, en las vertiginosas formas que hoy por hoy transcurre el tiempo, no alcanza para configurar un largo plazo, ni siquiera un mediano plazo que permita pensar estratégicamente, es un lapso temporal que a lo sumo da para pensar tácticamente como adelantar una administración racional y decorosa de los asuntos públicos corrientes. Con este reto, iniciará el próximo 7 de agosto su gobierno Iván Duque Márquez como Presidente y Marta Lucía Ramírez como Vicepresidente.

No obstante, las premuras del tiempo, los ciudadanos esperan que un Plan de Desarrollo se convierta en una brújula institucional que alcance a interpretar sus diversos anhelos sectoriales, territoriales, poblacionales y que defina líneas programáticas que den marco para sus inmediatas decisiones personales, empresariales, gremiales e institucionales.

En los próximos años Colombia necesita avanzar en cuatro grandes propósitos: 1) Generar riqueza económica real y productiva, donde el capital no especule, la tierra no sea fuente de rentas perezosas, el trabajo no procrastine y el conocimiento no sea repetitivo; 2) Consolidar su capital social, lo que pasa por establecer ambientes de confianza y vías de asociación entre diversos actores en función de objetivos comunes, promover la formalización, mejorar las formas de convivencia, la seguridad jurídica, la administración de justicia y el mejoramiento de la resolución alternativa y pacífica de conflictos; 3) Garantizar la sostenibilidad ambiental, teniendo buen cuidado de que las agendas agropecuarias y minero energéticas se concilien de manera armónica en los territorios y conserven el patrimonio biodiverso del país, sus recursos hídricos y forestales y 4) Profundizar la democracia en todo el territorio nacional, una democracia que en lo actitudinal y procedimental al mismo tiempo procure ser productiva, justa, incluyente, sostenible, soberana e institucional.

Los propósitos que arriba se leen remiten a puntos programáticos que expuso el futuro gobierno en el pasado proceso electoral y deben ser viabilizados con realidades fiscales de corto, mediano y largo plazo, con marcos normativos en muchos casos de gran rigidez, con dinámicas políticas internas y externas que ya se avizoran.

Los formuladores profesionales del Plan de Desarrollo y la comunidad que concurra en su diseño por la vía de participar en instancias creadas por la ley orgánica de planeación para garantizar el concurso ciudadano, deben actuar con sentido de la realidad y pragmatismo a la hora de sus decisiones.

Intentemos todos que en este ejercicio y trabajo de planeación, alcancemos en cuatro años indicadores y procesos irreversibles que nos permitan visualizar una Colombia Socialmente Competente.

Comentarios