Visas con visos de sainete tragicómico

Alfredo Sarmiento Narváez

El coyuntural tema de cancelación de visas norteamericanas a dos miembros de las altas Cortes, la del magistrado Lizarazo y la de la magistrada Fajardo (la del magistrado Palacio, hoy implicado en escándalo del Cartel de la Toga, se la cancelaron hace más de año y medio) se ha tornado en un sainete tragicómico, que da para reírse y también para llorar.

Un día canceladas, al otro día devueltas, a que sí, a que no, unos piden cancelación de visas al por mayor, otros dicen que es una afrenta a la autonomía de las Cortes, los de más allá afirman que el gobierno es genuflexo ante el imperio, los de más acá dicen que se trata de un tema personal y no de Estado, hablaron igualmente los que reconocen que otorgar o retirar visas es facultad discrecional de cada Estado (lo cual es lo más cierto del mundo), en fin, de todo se vio en esta catarsis teatral.

En medio de la alharaca, Gustavo Álvarez Gardeazábal mostró que aún tiene vivita y coleando sus habilidades para la fantasía e inventiva literaria; no tuvo pudor en sugerir que la reciente visita del presidente Iván Duque y de la vicepresidente Marta Lucía Ramírez a EE.UU., tenían por misión ultrasecreta ir a solicitar la cancelación de visas de los magistrados. Esta ligereza de Gardeazábal es buena noticia para la literatura de ficción por tratarse de un creativo escritor, pero que pésima noticia para el periodismo responsable, más cuando Gardeazábal no deja de fingir como periodista, siendo él un mero opinador.

El ex presidente Samper aprovechó la coyuntura para contarle a los colombianos la crónica de un suicidio abortado cuando estuvo en medio de las tormentas del proceso 8000, le cancelaron sus visa y pensó en la posibilidad de llegar a ser detenido por cuenta del vergonzoso escándalo. Terminó el ex presidente Samper haciendo un homenaje a su nuevo copartidario Gustavo Bolívar con esta pieza de excelsa poesía: “sin visa si hay paraíso”.

El ex presidente Gaviria salió a escena acusando al gobierno del presidente Duque de complicidad con el gobierno Trump para proceder a cancelar visas; fue uno de los antagonistas principales de la comedia. Su afirmación amén de temeraria, irresponsable e injusta fue de una insolidaridad con las instituciones, que solo se puede explicar por las trampas del oportunismo. Qué tal que los colombianos todos nos tomáramos sin beneficio de inventario, esas voces igualmente temerarias, injustas e irresponsables que siguen afirmando que durante su gobierno, el presidente Gaviria, tuvo complicidades con los tristemente celebres Pepes, ¿para dar de baja al también tristemente celebre Pablo Escobar?

Los ex presidentes y Gardeazábal, hicieron en esta obra de teatro gala de su talento culipronto para asumir roles que nos confirman esa ineluctable realidad de la vida, cual es reconocer que entre lo sublime y lo ridículo no hay sino un ínfimo paso de diferencia. ¡Viva el teatro carajo!

¿Y qué vendrá mañana? ¿Colombia estará en medio de amenazas de descertificación por EE.UU.? Un país ad portas de un proceso electoral, donde una medida de éstas, injusta e irresponsable ciertamente (como diría Gaviria) con Colombia, puede tener réditos electorales. Sigamos mamando gallo para ver cómo nos va.

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