Ibagué merece ser tratada como fin y no como medio. Los retos que la capital musical tiene por delante en materia de generación de empleo, mejoramiento de indicadores de competitividad económica, social y ambiental, en frentes de seguridad, movilidad, infraestructura y lucha contra la corrupción, demanda avezados liderazgos privados, públicos y comunitarios.
Ibagué no merece el tratamiento de aventurilla electoral, merece ser tratada como verdadera empresa social, política y comunitaria, con esmero, pericia, madurez, y sobre todo, urge ser tratada con respeto y con manos limpias.
Leonidas López es al mismo tiempo un líder en lo privado, en lo público y en lo comunitario; está articulando liderazgos diversos, competentes, intergeneracionales para que Ibagué supere de una vez por todas ese corcho en remolino que lo mantiene con indicadores mediocres en muchos frentes y con ningún indicador de desarrollo alcanzando destacado nivel de excelencia.
Pero ojo. También es cierto que el proceso político en Ibagué puede estar llevando a que algunos sectores caigan en dos tipos de trampas a saber: 1) Primera trampa: fórmulas populistas, ligeras, capaces de exacerbar emociones en el instante y a la postre incapaces de sostener razones y visiones de trabajo consistentes con el paso del tiempo. 2) Segunda trampa: mantener la inercia de las cosas, reproducir quietismos funcionales a poderes establecidos que nada dispuestos a contribuir en urgentes y necesarios cambios.
Leonidas López con su Pacto por Ibagué ofrece un camino para el cambio sustantivo sin caer en las trampas de los populismos, una visión global con capacidad de acción en lo local, una sensibilidad hacia las realidades del sector empresarial y comunitario que encuentran en él una escucha activa y constructiva para agenciar instrumentos de gestión pública que ayuden a resolver temas de interés común.
Leonidas, con sus manos limpias, también es expresión de probidad que pasa cualquier tipo de prueba ácida, está exento de cualquier cuestionamiento disciplinario, penal, fiscal, todo ello da garantía para que la ciudad no se vaya a ver sometida a una incertidumbre y a un escarnio en el inmediato futuro, con Leonidas, Ibagué no quedará sometida a la agenda de ningún cartel con intereses mezquinos que quieren ir a la caza de rentas públicas.
Y de una cosa en la que los ibaguereños podemos estar seguros al ciento por ciento, Leonidas no quiere ser alcalde de Ibagué para hacer una pasantía que lo catapulte a otros anhelos personales de la vida política, no está jugándose como futuro parlamentario o como futuro gobernador, esos no son sus cálculos, su vocación es servir bien a Ibagué y desde Ibagué al Tolima y a Colombia, una forma gratificante de culminar un periplo profesional encomiable.
Yo no voy a botar mi voto, yo voy a votar por un Pacto por Ibagué, en consonancia con un Pacto por Colombia y por la equidad, votaré con alegría por Leonidas López, el de las manos limpias, el de las canas, el hombre de alma joven, porque como dijo Picasso en la cima de su creatividad: “Toma mucho tiempo llegar a ser joven”.
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