Como gran parte del pueblo colombiano parece estar viviendo un fenómeno de credibilidad con el gobierno de Santos, este se aprovecha demagógicamente para lanzar reformas y anuncios de mejoras en el sistema de salud, que ya hacÃan parte de la legislación y que resultan imposibles de cumplir con una estructura como la diseñada por la Ley 100.
El Ministro de Salud, que, por cierto es un economista, presentó este martes lo que será “la hoja de ruta†de los próximos años y se comprometió a que no subirán los impuestos y se logrará la integralidad en la atención, con la próxima unificación de los dos planes de salud existentes. Señaló, además, que se alcanzará un gran avance, pues se pasará de un listado de cosas a las que tenÃan derecho los colombianos, a un “Plan de Beneficiosâ€, donde estarán todas las patologÃas, pero a renglón seguido aclaró que ellas tendrán un tope, o sea que se incluyen, pero se limitan por el costo. ¿Qué pasará entonces cuando se le agote el monto de una enfermedad y el paciente no obtenga ninguna mejorÃa?
Los decretos reglamentarios que va a emitir el Gobierno nacional en uso de las atribuciones extraordinarias que le dio el “unanimismo polÃticoâ€, muestran claramente las intenciones oficiales encubiertas, como la reducción de la calidad de la atención, gracias a la autorregulación de los médicos (léase limitación de ayudas diagnósticas, evitar tratamientos quirúrgicos costosos, formular fármacos generalizados y topes por patologÃa).
Los usuarios ya no acudirán a la tutela, pues los Comités Técnicos CientÃficos serán los encargados de dirimir las solicitudes de los usuarios, a partir de criterios donde prima la “racionalización del recurso†y la eficiencia de dicho tratamiento. Por otra parte la reforma va a ejercer control sobre las EPS y aquellas que no cumplan con los objetivos, serán liquidadas porque, en palabras del Ministro, quedarán exclusivamente aquellas que tengan un gran volumen de afiliados y recursos suficientes, y de paso se reajustará la Unidad de Pago por Capitación para que estas entidades monopólicas logren aumentar sus ingresos.
El efecto placebo es temporal y cuando el pueblo colombiano despierte de su cretinismo polÃtico, la reforma habrá cumplido su tarea y muchos ya no tendrán una segunda oportunidad sobre la tierra, porque descansarán bajo su amparo, gracias a que coparon los topes de sus patologÃas.
Los anuncios del Gobierno sobre la reforma a la salud, parecen direccionados a lograr el “efecto placebo”, que lo define Maj-Britt Niemin como “la capacidad curativa de un agente terapéutico que no produce ningún efecto farmacológico” y obedece a un hecho psíquico que logra aliviar momentáneamente los síntomas, por la autosugestión del paciente.
Credito
LIBARDO VARGAS CELEMÍN
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