Y es que, en un lugar donde abunda el abandono y el maltrato, el trabajo que viene realizando Luisa Castro y el grupo de voluntarios, ha logrado salvar la vida de muchos de estos animales, como las dos perritas que fueron rescatadas en la vereda Martínez. “Hay animales que deambulan de día y noche por toda la zona urbana y esa es la población con la que intervenimos, puesto que son los que más sufren de casos de atropello y envenenamiento”, comentó Luisa.

Lo que empezó en el marco de la pandemia, ahora son dos años de arduo trabajo en los que personas de diversas profesiones y oficios se unen por el cariño hacia los animales, para conseguir recursos, comprar medicinas, atenderlos y ponerlos en adopción. Así las cosas, y a falta de un Centro de Bienestar Animal que esté a la altura, la fundación es el único refugio al que pueden acudir estos seres. 

Sin embargo, a pesar del impacto y el potencial de la iniciativa, les sorprende la poca voluntad de las autoridades en el municipio para ayudar el proyecto, razón por la cual aún deben trabajar con donaciones. “Nosotros hemos tocado las puertas de la Alcaldía, nos hemos reunido con ellos, les hemos mostrado las estrategias que tenemos como fundación, pero no ha habido iniciativa, ni una respuesta positiva”.

“A nosotros nos queda muy difícil porque a veces los tratamientos que manejamos, los pagamos de nuestro propio bolsillo. No me estoy quejando, pues yo creo que esas son bendiciones a futuro, pero no estaría mal algo de ayuda de los entes públicos”, dijo Luisa.

Bajo este panorama, el convenio suscrito entre la Gobernación del Tolima y el Hospital Veterinario de la UT, es como ‘maná caído del cielo’, pues les permite remitir a un centro especializado, los casos que comprometen gravemente a los animales, y que no pueden ser tratados en el municipio. Precisamente, tanto Luna como Princesa, fueron las primeras en beneficiarse de dicho acuerdo interinstitucional.

“Hicimos contacto con Eyber Javier Triana, secretario de Interior del departamento, quien nos ayudó a obtener el beneficio para darles la atención que ameritan estas caninas, pues se encontraban en estado crítico”, relató Luisa.

El convenio, por mil millones de pesos, posibilita la atención gratuita para los animales vulnerables, los de la calle y para aquellos dueños que no tienen los recursos como para pagar complejas intervenciones a sus mascotas.

A pesar de eso, Luisa recalcó la necesidad de que en Rovira, y los demás municipios del departamento, los alcaldes se comprometan con el cuidado de los animales en condición de calle, pues son ellos, como autoridad, quienes los tienen bajo su jurisdicción. 

“Para que pudieran atender a las caninas, le pedimos a la Alcaldía que expidiera un documento para hacer efectivo el convenio, sin embargo, ni viendo las condiciones críticas de estos animalitos, fueron capaces de radicarlo. Razón por la cual, tuvimos que contactar al Secretario de Interior”, concluyó

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