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Un fuerte impacto mediático generó la determinación del multimillonario Elon Musk, de cambiarle en las últimas horas el nombre y logo a Twitter, red social que adquirió el año pasado por un valor cercano a los 44 mil millones de dólares.
Cabe resaltar que este no fue el capricho de un hombre rico, como algunos piensan. Todo indica que la transformación ya la tenía planeada, incluso antes de realizar la compra. Se trata de un proceso.
Para entender lo que se viene, hay que retroceder algunos años atrás, exactamente a 1999, cuando Musk compró una plataforma de servicios financieros electrónicos, con el dominio x.com.
Allí no estuvo mucho tiempo. Los copropietarios lograron sacarlo del negocio, el cual pasó a llamarse PayPal. Eso sí, el pasado lunes 24 de junio, Musk pudo recuperar el dominio en mención.
De inmediato, en Twitter escribió: “Gracias a PayPal por permitirme comprar de regreso x.com. No tengo planes por ahora, pero tiene un gran valor sentimental para mí”.
Eso último que indicó no es tan cierto, ya que su objetivo es crear una app de alto prestigio, la cual ofrezca diversos servicios, como por ejemplo solicitar servicios de taxi, mensajería, compras online, entre otros.
Así lo manifestó Linda Yaccarino, actual CEO de X, plataforma que se centraría en contenido de audio, video, mensajería, pagos, bancos y un mercado global de ideas, bienes, servicios y oportunidades.
Habrá que esperar cómo se desarrolla este proyecto, entendiendo que Twitter no venía pasando por su mejor momento, especialmente en lo económico, ya que para finales de 2022 sus anunciantes se redujeron en un 70 por ciento.
A eso hay que sumarle que su principal competidor, Mark Zuckerberg, dueño de Meta, estrenó recientemente Threads, una red social similar a Twitter, que tiene conexión directa con Instagram.
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