¿Ustedes asumen que  Rodolfo Hernández es un ‘outsider’ de la política colombiana?

Sí consideramos que lo sea. Él está por fuera del sistema. Su discurso, su manera de ser y su forma de decir las cosas se sale de toda estructura política que ha tenido Colombia. Es un ciudadano preocupado por la situación del país que hizo un buen trabajo en la Alcaldía de Bucaramanga y que ahora lo quiere replicar en el nivel nacional con su propio estilo. Él es auténtico, no se está convirtiendo en una persona diferente para hacer política. No es postizo.

Después de las elecciones del 13 de marzo, parece haber perdido fuerza. ¿Cuánto aliento cree que tenga ese fenómeno?

Las elecciones del 13 de marzo fueron importantes para nosotros porque votaron 17 millones de colombianos. El 26 % se quedó con Petro, es decir que no subió; el 11 % lo sacó Federico Gutiérrez, que tiene una cantidad de vallas inimaginable por el país, tuvo prensa y apoyo del Gobierno y las alcaldías, incluyendo la de ustedes. Y Rodolfo se ha mantenido con el voz a voz. Crece cada vez que un colombiano le vende la idea de este proyecto a otro colombiano, pero las encuestas no ven eso. La estructura de Rodolfo es el voluntariado.

Muchos colombianos se pueden sentir identificados con su carácter y el tono de algunas de sus intervenciones, pero sus contradictores le sacan a relucir precisamente actos como la bofetada al concejal de Bucaramanga o algunas de explosivas declaraciones para descalificar su aspiración. ¿Hasta qué punto eso puede sumar, pero también restar?

Él ha pedido disculpas mil veces a los colombianos por la bofetada. Y algunos, incluso, le han dicho ‘tranquilo, ingeniero, ojalá le hubiera dado más duro’, porque la gente lo interpretó como algo que han querido hacer todos en algún momento y es darle una cachetada a la corrupción. Estuvo mal hecho y está haciendo yoga para controlar su temperamento para cuando enfrente este tipo de situaciones en la Presidencia. Ahora, Rodolfo tiene una manera de expresarse que a veces es difícil de entender, pero a la hora del té, no dice mentiras sino verdades.

¿Se mantiene en su decisión de no hacer alianzas?

No se va a aliar con nadie. Llevamos año y medio defendiéndonos de ser uribistas y casi el mismo tiempo defendiéndonos de ser petristas. Nos alegra mucho que Fico se hubiera ido con Óscar Iván Zuluaga porque demuestra, como lo dijo el ingeniero, que Fico es un títere del uribismo. Preferiríamos que Álvaro Uribe no se refiriera a Rodolfo porque, cada vez que sale a aplaudirle, intentan decirle que uribista. Y resulta que no somos ni uribistas ni petristas. Él dice que se llega a la segunda vuelta, lo hace de la mano de los colombianos.

¿En qué parte del espectro político está situado Rodolfo Hernández? ¿Cuál es su coordenada política?

Él dice mucho una frase: el hambre no es de izquierda ni de derecha. Él quiere combatir las inequidades del país. A Rodolfo hay que encasillarlo en un ciudadano del común que quiere trabajar por el país. Por eso insiste en quitarle la chequera a los partidos que les entregan los ministerios para que lleguen personas como Karen Abudiden. Todo el Estado se reparte por cuotas burocráticas. Entonces quiere impedir que las personas que están alrededor del presidente manejen el presupuesto a su antojo y sin que vaya a la par del plan de gobierno.

Algunas personas dicen que no puede asumir las riendas del Gobierno una persona que, por su carácter intempestivo, no toma decisiones en equipo, como cuando le ofreció la Vicepresidencia a la periodista Paola Ochoa. ¿Qué les dice?

Él siempre ha tomado determinaciones independientes, pero, a raíz de la selección de Paola Ochoa, entendió que no podía seguir actuando solo en ese tipo de cosas. Paola Ochoa es una excelente persona y tiene una hoja de vida intachable, pero él cometió el error de no revisar qué posiciones personales ha defendido ella. Para el equipo fue duro saber que podríamos tener una vicepresidenta que había manifestado en su momento que amamantar era de personas pobres. Fue un error. Sin embargo, la mayoría de decisiones que él ha tomado de manera independiente, han sido las más satisfactorias.  

¿Es cierto que tiene acercamientos con el novelista y poeta tolimense William Ospina y que incluso le ofreció el Ministerio de Educación, de ahí las columnas elogiosas que le dedicó al candidato?

En esa relación la gente no sabe si fue primero el huevo o la gallina. William Ospina sacó unas columnas justo en el momento en el Rodolfo planteó que él podría ser un buen ministro de Educación. No se sabe si fueron las columnas las que llevaron a Rodolfo a decir eso o fue la declaración lo que llevó al escritor a escribir. Lo que sí puedo dar cuenta es que Rodolfo le profesa una admiración a William Ospina de mucho tiempo atrás, tanto así que en su biblioteca tiene más de cinco libros de él.

Dato

El candidato Rodolfo Hernández visitará Ibagué en las próximas semanas para reunirse con empresarios, hablar con medios de comunicación y afianzar su equipo de campaña en la región.

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