Sumado a los premios que ha obtenido en distintos rincones del paÃs, entre ellos el de los Hermanos Moncada, en Armenia, QuindÃo, en dÃas recientes, en el dueto La Aldea reside un aliciente mucho mayor para continuar con la melodÃa: la promoción de nuevos talentos.
Por eso, este joven conjunto local, conformado por Ricardo RodrÃguez y Martha Elena DÃaz, alterna sus actividades de difusión de la melodÃa con la labor de la academia musical Gran Colombia, que integra, en su mayorÃa, a niños entre los tres y los 14 años de edad.
Todo un motivo
Civismo, esfuerzo, estudio, mejoramiento de conductas y amor propio y por la melodÃa tradicional, valores inherentes a la música, son lo más importante tanto para el dueto como para la Academia, según cuenta RodrÃguez, guitarrista y compositor tolimense.
“El fin de nosotros es lograr que la gente entienda que los valores reales de la música no están solamente en la sonoridad, sino también esos factores (…). Nos interesa mostrar un producto competitivo, de calidad y que sea nuestra mejor carta de presentaciónâ€, indica.
En total, cerca de 30 niños de diversos sectores de Ibagué confluyen en un sitio donde reciben enseñanzas en canto, guitarra, percusión, piano y expresión corporal con cinco profesores: un trabajo sencillo, pero que, a futuro, de seguro será bien recompensado.
“Tenemos niños de tres a siete años; de ocho a 14 hay bastantes; el participante más grande tiene 26 años y también hay una mamá, todos bajo las mismas condiciones y la misma exigenciaâ€, expresa RodrÃguez.
A pesar de que su trabajo no se enfoque en población de escasos recursos, una labor que adelantan de la mano con el Gobierno seccional les permite dirigirse a sectores vulnerables y beneficiar a los más interesados por formarse.
“Tenemos convenios con Prohaciendo, para zonas como Las Delicias, La Gaviota y Ambalá, en donde identificamos jóvenes que quieren ser buenos músicos y necesitan una mano amiga y los involucramos. No les cobramos, pero les ponemos compromisos como la asistencia completaâ€, agrega.
Origen
Hace un año y tres meses, inició, por casualidad, la segunda parte de un camino que habÃa iniciado con el dueto Aikos. “Por casualidad, conocà a mi compañera de dueto y decidimos continuar el proceso que yo traÃa desde hace ocho años con Aikos. La finalidad de La Aldea es lo competitivo, pero lo más importante es formarâ€, añade.
Conformado también por el neivano VÃctor Hugo Reina, en el tiple, su nombre responde a un significado de 'unión familiar', una intención que también reflejara el desaparecido conjunto, sustentado por RodrÃguez en que “es la misma finalidad de Aikos, que con 'c' significa unión familiar. Nosotros tomamos ese significado y lo transformamosâ€.
“La Aldea tiene la finalidad de buscar reconocimiento como dueto en el paÃs, representante de un Departamento y de una academia de música del Tolima, como lo es Gran Colombia, de la que somos un productoâ€, manifiesta.
El concurso
Con respecto al premio al mejor Dueto No Tradicional, que obtuvieron en la edición 31 del Concurso de Duetos Hermanos Moncada, en Armenia, QuindÃo, RodrÃguez reconoce que lo más difÃcil fue saber, al principio del certamen, que entre los 14 participantes sólo uno serÃa el ganador.
“Es muy complicado, pero (a la vez) es dedicar trabajo a la música colombiana con toda la seriedad y todo el compromisoâ€, indica, y recuerda que el proceso consistió en tres canciones elegidas por ellos y una asignada por el jurado, de un compositor quindiano.
A su vez, anuncia que la próxima semana La Aldea se presentará en el Concurso Nacional del Bambuco, en Pereira, Risaralda, y aspira ir al de Duetos en Florencia, Caquetá, al igual que piensa en un festival de villancicos en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, para el que llevará a niños de la Academia.
“Es una maratón, y nos toca del bolsillo de nosotros. Nos financiamos con una grabación que hicimos en vivo, en Neiva, que nos ha ayudado para los transportesâ€, puntualiza.
Anexo a su arduo trabajo musical durante el último año, La Aldea pone sus conocimientos al servicio de la niñez y la juventud ibaguereñas de todos los estratos.
Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ
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