Las nuevas aulas de la 'Amina Melendro'

CAMILO YEPES - EL NUEVO DÍA
A pesar de estar cercano a un Bien de Interés Cultural declarado por Mincultura, esta construcción habría llevado un proceso legal. Está pendiente concepto de la cartera nacional.

Cuando las alarmas estaban encendidas por la construcción de ocho nuevas aulas de la institución educativa musical Amina Melendro de Pulecio, cercanas al edificio principal, declarado Monumento Nacional, voces oficiales confirmaron la legalidad con que esta se llevó a cabo.

Y es que esta edificación, que también pretendía incluir un laboratorio y una ‘media torta’, levantó discusión de si era o no correcto para el entorno y la estabilidad de este Bien de Interés Cultural.

Las respuestas
Sin embargo, según reconoció el arquitecto Carlos Hernando Díaz, adscrito a la Secretaría de Infraestructura en apoyo a la cartera local de Educación, cada paso del proceso para la ejecución se surtió de manera legal.

Indicó el profesional que todo partió de una convocatoria para el diseño de estas aulas, que ganó en 2009 el consorcio Sokoloff, y que luego de la explicación pertinente fue aprobado por el Ministerio de Cultura ante la Curaduría Urbana No. Dos.

En ello concordó la rectora de la institución, Ibeth Lucía Barrera, quien afirmó que en el ámbito local el diálogo se dio con la entonces secretaria de Educación, Cecilia Correa, al igual que en gestión con la jefe de la cartera cultural nacional.

“Hablamos con la Ministra para que nos diera la autorización y así se pudiera construir. Lo hicieron todo dentro de sus tiempos y estamos muy contentos”, aseguró.

Díaz, por su parte, añadió que luego de ser necesario un cambio en los planos iniciales (ver recuadro), se dio paso a la construcción, mediante un convenio administrativo entre el Ministerio de Educación, la Alcaldía y el Comité de Cafeteros.

Esta última entidad, aclaró el profesional, adelantó un proceso de contratación interna, por el que la firma Icovensi pasó a ejecutar la obra, que hoy carece de los servicios de agua y energía eléctrica, justo cuando ayer iniciaban clases los estudiantes de instituciones del Estado.

Esto, en efecto, lo reconoció la rectora de la institución, Ibeth Lucía Barrera, quien señaló que por este motivo los nuevos salones no pudieron ser estrenados ayer; de igual manera, ante la falta evidente de zonas verdes indicó que se debió a la falta del contrato pertinente.

Al cierre de esta edición, se esperaba la información pertinente desde el Ministerio de Cultura, cuya Dirección de Patrimonio se comprometió a entregarla hoy.
    
Cambio de 'planos'
El diseño inicial, tal como lo explicó el arquitecto Díaz, consistía en 10 aulas de clase, dos baterías sanitarias, un laboratorio y una media torta, para eventos artísticos y culturales. Sin embargo, todo debió ser modificado, por causa del paso del tiempo en relación con el inicio del proyecto.

“Este es de 2009”, indicó, y añadió que la construcción se llegó a definir hacia finales de 2010, “por ello los costos habían aumentado y el diseño se cambió después: pasó a ser de ocho salones y dos baterías sanitarias”.

Aún así, dejó claro que se espera en el transcurso de este año obtener colaboraciones desde el Ministerio de Educación para poder construir las aulas y escenarios faltantes, y así concluir la construcción, que está amparada, según indicó, en una ley de beneficios para colegios públicos.

Al respecto, la rectora de la institución, Ibeth Lucía Barrera, indicó que, en efecto, esperaba ver cumplido el primer diseño, sin embargo reconoció que la falta de presupuesto y la condición de la edificación principal ser Bien de Interés Cultural afectaron dicho propósito.

“Lamentablemente, era un proyecto mucho más grande, pero, según los ingenieros, se tuvo que reducir el presupuesto y, por la contextura de Bien de Interés Cultural, subieron un poco los costos, por lo que se entregó hasta aquí”, expresó.

Sin servicios públicos
Por falta de agua y energía eléctrica, cerca de 200 sillas no pudieron ser estrenadas ayer, tras el inicio de año lectivo 2012, de acuerdo con la rectora Ibeth Lucía Barrera, quien se mostró preocupada porque las gestiones no han podido arrancar como debía ser.

“El interventor nos dice que lo de la luz es con Enertolima, así que es otro lado donde hay que gestionar y eso se está moviendo bastante lento. No han venido a instalar la luz; la semana pasada estuvieron trabajando y no la pusieron.

“Tampoco tenemos agua, pues hubo un proyecto del alcalde (Jesús María) Botero para traer la del Ibal a la sede y ha estado muy frenado, en las vacaciones lo prometieron, construyeron un tanque, pero seguimos con el agua del acueducto veredal, pero sólo en la edificación principal”, aseveró.

No obstante, sobre el problema del agua el arquitecto Díaz indicó que en la actualidad se está instalando para toda la institución la conexión desde el Ibal.

“Ya la tenemos y estamos dependiendo de un aval de la (conexión) que nos ha fallado para conectarla, el Ibal ya lo está atendiendo y la valoración se trae desde Bogotá (…) En la luz, hallamos un transformador muy antiguo, del que hay pegados unos dos o tres tomas (tomacorrientes) y hay una sobrecarga, y se está haciendo la gestión ante Enertolima para el cambio con la acometida en cuanto al antiguo y al nuevo.

“(Hay que) esperar lo que decide el Secretario de Educación (Enrique Váquiro), de si van a invertir para ese cambio. Pero más o menos en dos semanas, si se permite, ya tendrán agua y luz”, afirmó el profesional.

Ante la duda de si estos cambios llegarían a afectar el Monumento Nacional, Díaz dejó claro que “no lo modificarían, porque son cables y no vamos a tocar la parte antigua interna”.

Es de recordar que fue en julio 31 de 1998, con la Resolución 0799, que el Ministerio de Cultura declaró como Bien de Interés Cultural - Monumento Nacional al Edificio Principal de la Granja San Jorge, uno de los mil 79 que existen en Colombia.

Credito
HERNÁN CAMILO YEPES VÁSQUEZ

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