Desde que tiene uso de razón, Diana Carolina Echeverry López siempre ha sabido caminar derechito, entendiendo que las metas se logran con dedicación, disciplina y pasión.
A sus 22 años, tiene la vida definida, pues no deja nada al azar. Hace poco culminó sus estudios de Derecho en la Universidad Cooperativa de Colombia y se alista para emprender la judicatura, que le permitirá apretar entre sus manos su esperado diploma de abogada, profesión que aprendió a amar por su padre.
Según contó, Gustavo Echeverry Arango, su progenitor, un ingeniero agrónomo titulado, apasionado por las leyes y la justicia, despertó en ella su interés por esta disciplina.
“Podría decir que mi papá es un abogado sin diploma, sabe mucho del tema”, dijo.
Como el radio de acción de un profesional del derecho es muy amplio, espera dedicarse a la parte civil, y llegado el momento cursar una especialización en periodismo.
“Siempre me han gustado las ciencias sociales y la lengua castellana; aunque me incliné por mi primera opción, la abogacía, no me cierro a otras posibilidades”, argumentó, siempre aclarando que el conocimiento, la creación y la aplicación de las normas jurídicas marcarán su existencia.
Vena artística
‘Carola’ o ‘Carito’, como es llamada cariñosamente en su ambiente familiar y grupo de amigos, es una ‘caja de sorpresas’.
No solo es amante de las obras de Julio Cortázar y José Saramago, del cine de acción, suspenso e independiente sino que también tiene un talento nato para la música. Toca la guitarra y canta.
Creció en medio de bandolas y tiples, que magistralmente interpreta su padre, de quien cree heredó la vena artística, pero a ella le sonó fue la guitarra. Desde los 11 años este instrumento de cuerda se convirtió en su debilidad.
Influenciada por su familia y aficionada a la música colombiana, empezó a tomar clases personalizadas de guitarra, hasta ingresar a la escuela de Música del Conservatorio del Tolima, donde por un tiempo estudió guitarra clásica.
Con el pasar del tiempo, además de ejecutar instrumentalmente los aires andinos de la música colombiana, empezó a hacerlo con su voz, integrando diversos coros.
Su trasegar la llevó a la Corporación Cultural Tama, fundada por el músico compositor Orlando ‘Teto’ Quintero Varón, donde permaneció una temporada.
Al mostrar el talento que corría por sus venas, muchos creyeron que lo suyo era el arte, hasta ella; de ahí que ingresó nuevamente a la institución insignia del
Departamento para efectuar un preuniversitario en guitarra clásica, en el que descubrió que lo suyo era la abogacía.
En ese momento su vida dio un giro de 180 grados, en el que la música solo era un pasatiempo, pero ahora está pensando retomarla “de nuevo en serio”.
Sí a M3
A pesar de su timidez, Diana Carolina Echeverry es una joven decidida y que aprovecha las oportunidades que se le presentan, como ser la protagonista del concurso de la Mujer Modelo del Mes, M3, al que sin pensar dos veces dijo sí.
Esta experiencia cree quedará marcada en su memoria, al ser la primera vez que posa para una sesión fotográfica, que para su fortuna tuvo como locación la belleza del paisaje del Jardín Botánico San Jorge.
Si bien esta ibaguereña, egresada del Santa Teresa de Jesús, es novata en el tema de los “shooting”, no lo es en el campo del modelaje, ya que de niña participó en algunos desfiles luciendo ropa de Barbie y Tomaticos, junto con su hermana mayor, Ivonne.
Ella es la estrella de febrero en la Mujer Modelo del Mes, M3, una alianza de los número uno del Tolima: EL NUEVO DÍA y Cerox3.
Credito
REDACCIÓN EL NUEVO DÍA
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